El análisis de RAISG y MapBiomas muestra una pérdida de selva equivalente al área de Chile en el período. El estado de Pará deforestó el doble de todos los demás países amazónicos juntos. La minería fue la actividad de mayor crecimiento desde 1985.

Brasil fue el país que más deforestó la Amazonía proporcionalmente entre 1985 y 2020, con relación a los países que también comparten la selva. En el período, el 19 % del bosque en suelo brasileño dio paso a la agropecuaria, la minería, la urbanización y las obras de infraestructura. Al mismo tiempo, Suriname, Guyana y Guyane Française deforestaron solo el 1 % del bioma. «Brasil tiene pérdidas forestales históricas proporcionalmente mucho más altas que otros países», advierte el investigador Antônio Fonseca, del Instituto del Hombre y el Medio Ambiente de la Amazonía (IMAZON), que forma parte de la red MapBiomas.

En las últimas cuatro décadas, la Panamazonía ha perdido 750 mil km² de su vegetación natural. El área es equivalente a la de Chile. El total deforestado casi se triplicó, del 6 % en 1985 al 15 % del bioma en 2020, un número que se acerca al punto de no retorno [+]. Sólo la pérdida de bosques fue de 690 mil km2. Brasil fue el responsable por la mayor parte de esta pérdida: el 84 % ocurrió en la Amazonía brasileña. 

Las cifras fueron presentadas el 30 de septiembre de 2021, por la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (RAISG) y MapBiomas. La selva tropical sudamericana se extiende por 8,4 millones de km2 en Bolivia, Colombia, Ecuador, Guyana, Guyane Française, Perú, Suriname, Venezuela y Brasil – que posee el 60 % de la Amazonía. «En toda la región crece la deforestación, especialmente en Perú, Bolivia y Colombia. La agropecuaria y las obras de infraestructura son grandes presiones en Brasil, donde la formación de pastos representa el 80% de la conversión forestal», explica Fonseca.

Deslice el deslizador para ver el avance de la deforestación en la región entre 1985 (izquierda) y 2020 (derecha)

Pará ya ha deforestado el doble de todos los demás países amazónicos juntos. El estado es un centro de deforestación regional y debe ser el foco de políticas públicas más efectivas y permanentes para el mantenimiento y restauración del bosque.

Erika Berenguer, investigadora en las universidad de Oxford e Lancaster

El estado de Pará, en Brasil, también acumula la mayor parte de la deforestación en la Panamazonía, advierte Erika Berenguer, investigadora de las universidades de Oxford y Lancaster en Inglaterra. «Pará ya ha deforestado el doble de todos los demás países amazónicos juntos. El estado es un centro de deforestación regional y debe ser el foco de políticas públicas más efectivas y permanentes para el mantenimiento y restauración del bosque», subraya. Pará perdió 1.550 mil km² de vegetación natural de 1985 a 2020, mientras que el acumulado en los países vecinos es de aproximadamente 80 mil km², muestra la plataforma MapBiomas Amazonía. 

Un sobrevuelo en el suroeste de Pará muestra el fuego y la deforestación a 5 km del Parque Nacional de Jamanxim, municipio de Itaituba.

El balance también revela que, en el mismo período, las regiones afectadas por la minería crecieron un 656 % en toda la Amazonía, de 396 km² a 2.994 km². El estudio contabilizó las cicatrices que la actividad deja en el bosque, ya sean legales o ilegales. En Brasil, el municipio de Itaituba y las tierras indígenas Cachoeira Seca y Apyterewa, en Pará, bien como la Tierra Indígena Yanomami, ubicada en los estados de Roraima y Amazonas, ayudaron a inflar el aumento de la minería en el país, específicamente la minería ilegal artesanal. La actividad cobró fuerza en el gobierno de Jair Bolsonaro, que planea liberar la minería en tierras indígenas con el Proyecto de Ley 490, que espera la votación en el Senado. Datos de RAISG muestran más de 4.400 puntos en los que se registra minería ilegal artesanal en la Panamazonía. 

«La minería suele ocupar pequeñas áreas en los países de la región, pero ha avanzado en la selva en los últimos años y especialmente en Brasil, donde el gobierno fomenta los delitos con discursos y el desmantelamiento de las agencias ambientales. Es evidente en las imágenes satelitales que parte de la expansión está asociada con la minería ilegal artesanal, que contamina ríos y poblaciones», denuncia Fonseca.

También según el mapeo, el área de infraestructura urbana en la región avanzó un 130%, de 4.000 km² a 9.300 km², y el área dedicada a la agropecuaria un 151 %, de 486 mil km² a 1,22 millones de km², entre 1985 y 2020. «La agropecuaria mantiene una tendencia de aumento en toda la región a lo largo de las décadas. A menudo no se asocia con la producción efectiva de granos o carne, sino con el acaparamiento y la especulación de tierras», recuerda el investigador de IMAZON (más información en este reportaje de InfoAmazonia). Solo en Brasil, el área dedicada a la agropecuaria en la Amazonía aumentó 640 mil km², la tasa más alta entre los países amazónicos.

Imagen aérea de una zona preparada para el monocultivo o la ganadería, cerca de Porto Velho, en 2020.

La perseverante deforestación de la Panamazonía preocupa aún más porque, según los expertos, el bosque puede perder la capacidad de mantener su equilibrio natural frente a las agresiones que sufre. Este punto de quiebre llegaría cuando se elimine entre el 20 % y el 25 % de la vegetación nativa. Si la tendencia de deforestación verificada persiste, este giro podría ocurrir a finales de esta década. «Queremos tener una visión integral de la Panamazonía para comprender y explicar mejor los procesos en curso y la gravedad de los efectos sobre las poblaciones y los entornos en la región, para estimular mejores políticas públicas nacionales e internacionales y frenar la deforestación y otros impactos», explica Cícero Augusto, del Instituto Socioambiental (ISA) y de la RAISG.

Ainda conforme o mapeamento, a área de infraestrutura urbana na região avançou 130%, de 4 mil km2 para 9,3 mil km2, e a dedicada à agropecuária 151%, de 486 mil km2 para 1,22 milhão de km2, entre os anos de 1985 e 2020. “A agropecuária mantém uma tendência de aumento em toda a região ao longo das décadas. Muitas vezes ela não está associada à produção efetiva de grãos ou carne, mas sim à grilagem e à especulação de terras”, lembrou o pesquisador do Imazon (saiba mais nesta reportagem do InfoAmazonia). Só no Brasil a área dedicada à agropecuária na Amazônia aumentou 640 mil km², a maior taxa entre os estados amazônicos.

O desmatamento perseverante da Pan-Amazônia preocupa ainda mais porque, conforme especialistas, a floresta pode perder a capacidade de manter seu equilíbrio natural diante das agressões que sofre. Esse ponto de ruptura chegaria quando de 20% a 25% da vegetação forem eliminados. Se a tendência de desmatamento verificada persistir, essa virada poderá ocorrer ainda nesta década. “Queremos ter uma visão integral da Pan-Amazônia para melhor entender e explicar os processos em curso e a gravidade dos efeitos sobre populações e ambientes na região, estimulando melhores políticas públicas nacionais e internacionais para frear desmatamento e outros impactos”, explicou Cícero Augusto, do Instituto Socioambiental (ISA) e da Raisg.


Reportaje de InfoAmazonia para el proyecto PlenaMata.

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