Una revisión de estudios muestra que el contrabando de animales y plantas silvestres se utiliza para encubrir el comercio ilegal de drogas, además de otras actividades. El informe de Freeland y WWF señala soluciones para detener el crimen y su impacto en la biodiversidad.

Científicos de la Universidad de Waterloo (Canadá) analizaron 150 estudios publicados en todo el mundo desde el año 2000 y concluyeron que el tráfico de drogas es el delito más asociado al comercio ilegal de vida silvestre. Entre las otras actividades ilícitas relacionadas al contrabando de animales y plantas silvestres, están fraudes, corrupción y lavado de activos, según una investigación publicada en la revista de la Real Academia Sueca de Ciencias.


«Si la policía no detecta una ruta del narcotráfico y se puede utilizar para el comercio de vida silvestre, surge una oportunidad para ganar plata al mover múltiples tipos de contrabando», explica la autora principal Michelle Anagnostou a InfoAmazonia y PlenaMata

Ciertos «hábitos criminales» aproximan aún más el comercio de drogas y la vida silvestre. Los narcotraficantes a menudo exhiben animales exóticos como símbolos de poder y riqueza. Además es una demostración de fuerza frente a conflictos con la policía o disputas sobre territorios y rutas criminales. Los narcos también cobran “impuestos” a los animales y plantas transportados a través de territorios dominados. El tráfico de especies sirve incluso para encubrir el comercio de drogas. 

Si la policía no detecta una ruta del narcotráfico y se puede utilizar para el comercio de vida silvestre, surge una oportunidad para ganar plata al mover múltiples tipos de contrabando.

Michelle Anagnostou, investigadora de la Universidade de Waterloo (Canadá)

«Puesto que las penas por delitos contra la vida silvestre generalmente no son tan altas como para los delitos relacionados con el narcotráfico, los animales se utilizan para encubrir los envíos de drogas. Por lo tanto, las organizaciones criminales pueden ganar lo mismo – o incluso más, dedicándose al tráfico de vida silvestre», subraya Anagnostou.

Las redes sociales facilitaron el tráfico abriendo un nuevo espacio para el comercio de animales y plantas. Según Anagnostou, las acciones de los delincuentes en estas plataformas deberían recibir una mayor atención por parte de las autoridades. «El tráfico electrónico deja en una zona gris la fuente de los especímenes, la ubicación y las cantidades. Esto aumenta los retos para la aplicación de la ley, porque se vuelve más difícil determinar bajo cuál jurisdicción se encuentra el tráfico en línea, o qué país tendría la autoridad para investigar y enjuiciar a los delincuentes», explica la investigadora.

Madera y drogas utilizan las mismas rutas en la Amazonía

Países como Sudáfrica, México, Congo, Colombia, Vietnam, Tailandia, Hong Kong, Kenia, Estados Unidos, Rusia y Brasil tienen la mayor cantidad de conexiones entre el tráfico de narcóticos y de vida silvestre, según el estudio canadiense. Los cargamentos de cocaína y pieles de tortugas raras ya han sido incautados por las fuerzas del orden de México y otros países centroamericanos. 

Mientras que en el continente africano los delitos están más ligados al comercio ilegal de cuernos de rinoceronte, marfil de elefante y abulones (molusco multicolor) – todas especies amenazadas de extinción –, en Brasil la madera se encuentra entre los principales productos ilícitos de la Amazonía capturados con cargamentos de droga. En mayo de 2020, fueron incautados 65 metros cúbicos de madera ilegal y 200 kilogramos de pasta de cocaína en Primavera do Leste (Mato Grosso). 

Paulo Adario, defensor de los bosques de Greenpeace Brasil, caminando sobre los troncos de caoba cortados ilegalmente en el río. Los troncos fueron descubiertos por Greenpeace y el IBAMA. Un equipo de funcionarios del IBAMA hizo una «redada» en la zona para detener a los madereros ilegales.

Un estudio del Instituto del Ser Humano y el Medio Ambiente de la Amazonía (IMAZON) publicado el año pasado mostró que la explotación de siete de cada diez metros cúbicos de madera en Pará, entre mediados de 2017 y 2018, ocurrió sin autorización. En el mismo estado brasileño, ocho de cada diez planes de manejo ambiental analizados en 2018 por Greenpeace, IBAMA (Instituto Brasileño del Medio Ambiente y Recursos Naturales Renovables)  y la Universidad de São Paulo (USP) tenían fuertes indicios de fraude para contrabandear madera de áreas protegidas o extraída en mayor cantidad de lo permitido.

En una transmisión en vivo del periódico brasileño Valor Econômico, el director general de la ONG Foro Brasileño de Seguridad Pública, Renato Sérgio de Lima, destaca que el contrabando de drogas y madera comparte las mismas rutas para evadir la vigilancia en la Amazonía, donde el crimen organizado fuerza su dominio con armamento pesado y corrupción de servidores públicos y miembros del gobierno.

Un informe de Human Rights Watch describió el robo de tierras públicas y madera nativa como grandes fuentes de deforestación y violencia contra las poblaciones amazónicas: entre 2015 y 2019, se registraron 28 asesinatos, 4 intentos de asesinato y otras 40 amenazas relacionadas con la tala ilegal.

Políticas contra el tráfico de vida silvestre 

El tráfico de vida silvestre es estimulado por grandes márgenes de beneficios económicos, creciente demanda de compradores, baja capacidad o voluntad de los gobiernos para combatir el crimen y altas dosis de corrupción en todos los eslabones de la cadena criminal de comercio y consumo. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) estima que el tráfico de vida silvestre mueve hasta US$ 23 mil millones anuales, sin considerar el comercio ilegal de pescado y madera.

Jaguares y otros felinos, aves, reptiles, elefantes, rinocerontes, pangolines, osos, gorilas, tortugas y anguilas se encuentran entre las especies más traficadas para el curanderismo, la producción de joyas y ropa, el consumo de carne o el uso como mascotas. Los animales traficados son maltratados, aplastados y heridos. Sufren infecciones, asfixia, hambre y deshidratación antes de morir enjaulados o acorrentados. 

Recortar los recursos humanos y el presupuesto de las agencias ambientales, como ocurre en Brasil, debilita la vigilancia y facilita las acciones de los traficantes. Esto es preocupante porque el tráfico amenaza la conservación de las especies y los servicios ambientales, así como la salud pública, debido a su potencial para propagar zoonosis y causar nuevas pandemias.

Juliana Ferreira, directora ejecutiva de Freeland Brasil

Para reducir el crimen y los impactos en la conservación de la vida silvestre, se necesitan leyes más estrictas y más agencias de aplicación de la ley contra la delincuencia. Esta es la conclusión de un balance publicado el 15 de diciembre de 2021 por Freeland y WWF-Brasil. Con más de 200 páginas, el informe de las ONG pide que el tráfico de vida silvestre sea tratado como otras formas de delincuencia organizada y enumera una serie de políticas públicas para combatirlo. 

«Recortar los recursos humanos y el presupuesto de las agencias ambientales, como ocurre en Brasil, debilita la vigilancia y facilita las acciones de los traficantes. Esto es preocupante porque el tráfico amenaza la conservación de las especies y los servicios ambientales, así como la salud pública, debido a su potencial para propagar zoonosis y causar nuevas pandemias», señala Juliana Ferreira, directora ejecutiva de Freeland Brasil.

Acciones para combatir el tráfico de vida silvestre

Aumentar la transparencia y la integración de la información pública
Mejorar la coordinación de los órganos de mando y control
Mejorar las acciones y mecanismos de fiscalización ambiental
Revisar las reglas de sanciones para traficantes y organizaciones criminales
Promover la cooperación, coordinación y comunicación entre las agencias federales que combaten diferentes formas de crimen organizado
Mejorar la base de conocimientos sobre mecanismos de mando y control y los procesos judiciales relacionados con el tráfico de animales
Crear una base de datos de infractores ambientales que unifique los registros de las agencias competentes, con un enfoque especial en el seguimiento de reincidentes
Promover la educación ambiental y la concientización de los diferentes sectores de la sociedad para combatir el tráfico de animales

Fuente: Estudio de Freeland y WWF-Brasil


Reportaje de InfoAmazonia para el proyecto PlenaMata.
Traducido por Nina Jacomini

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