La Policía del Vaupés confirmó ayer la muerte del investigador de la U. Javeriana, extraviado desde el sábado cuando la embarcación en la que viajaba naufragó. Perfil de un experto en peces. Es velado hoy en Bogotá. 

 

Por Pesquisa Javeriana y Redacción Vivir (El Espectador).

Al ecólogo Javier Maldonado se le veía siempre con su morral al hombro, una gorra y botas de caucho. El ictiólogo de 42 años era profesor del departamento de Biología de la Universidad Javeriana y su misión era recorrer las zonas inexploradas de Colombia, con el objetivo de encontrar información sobre peces que permanecen ocultos bajo el agua y de los que poco se conoce; en particular, lo obsesionaban los del Amazonas. (Lea: Murió Javier Maldonado, el investigador perdido en Vaupés) 

Sin embargo, sobre las dos de la tarde la embarcación en la que iba Javier y cuatro personas más se volcó. Los otros miembros de la misión lograron llegar a la orilla y buscaron refugio en una comunidad indígena de la zona, pero Maldonado no corrió con la misma suerte. Se esperaba que este lunes, 4 de marzo, iniciaran las operaciones de rescate, pero el helicóptero nunca llegó. La Policía de Vaupés confirmó el hallazgo del cuerpo sin vida del científico.

Luis Fernando Jaramillo, director del Sinchi en Mitú, explicó que el lunes “los miembros de la Armada Nacional se desplazaron hacia Mapití, pero fue imposible que saliera el helicóptero y los vuelos que teníamos programados, porque hubo una descoordinación”. Mapití está a siete días por río de Mitú, y por vía aérea se debe llegar a otra comunidad indígena llamada Bacatí.

Con los datos recolectados, los profesionales estaban construyendo la base de datos más grande y completa sobre biodiversidad de peces de agua dulce en la cuenca del Amazonas. Se trata de Amazon Fish, una iniciativa que comenzó a finales de 2015, cuando siete científicos apasionados de los peces de Europa y América, entre ellos Javier, tenían una idea común en la cabeza: recolectar toda la información que se ha descubierto sobre los peces del Amazonas que estuviera desperdigada por el mundo.

Javier fue uno de los responsables de esta tarea titánica y del descubrimiento de 24 nuevas especies para la ciencia en Colombia en el alto Vaupés y el alto Inírida, dos zonas con grandes vacíos de información científica a causa del conflicto armado colombiano. Como parte de las tareas estaba el encontrar, junto a investigadores del Laboratorio de Ictiología de la Javeriana y colegas de la Universidad de Toronto, en Canadá, un curioso pez color rojo.

Además del interés por la conservación y el conocimiento sobre los peces, Javier también se preocupó por los efectos de las hidroeléctricas en los ecosistemas y ríos amazónicos. En su artículo Fragmentation of Andes-to-Amazon connectivity by hydropower dams, del cual es coautor, concluye que las represas alteran el hábitat de los peces y crean insalvables barreras para su movimiento a través de los ríos.

En una de sus expediciones e investigaciones, Javier buscó divulgar la ciencia, por eso en 2016, junto a la periodista Alma Guillermoprieto y tres de sus compañeros docentes de la Javeriana, consolidaron la primera clase de periodismo científico. Por eso, como lo asegura la revista Pesquisa de la Javeriana, Javier será recordado por ser un hombre apasionado por la conservación del ecosistema, los peces de agua dulce y recorrer el país en su bicicleta.

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