por Pablo Correa, El Espectador
Los optimistas que le den una mirada a los últimos mapas de la Amazonia colombiana elaborados por el Instituto Sinchi y Parques Nacionales pensaran que las cosas no están tan mal. El 88% de la región se mantiene saludable con ecosistemas naturales. Para los pesimistas la situación no pintará bien. El 12% de un territorio vital para el país ha sido transformado. Y tal vez prefieran evitar los porcentajes para dar un número más crudo: en 100 años se ha destruido el equivalente a 5 millones de canchas de fútbol.
Los mapas presentados anoche por las dos instituciones a escala 1:100.000 se convierten a partir de hoy y por los próximos dos años en la mejor referencia de lo que está ocurriendo en la Amazonia. En los 483.074 km2 que conforman este territorio, a 2014, fueron identificadas 1.042 unidades ecosistémicas, que corresponden a 381 ecosistemas acuáticos y 661 terrestres.
“La importancia de esta información radica en estar actualizada, disponible para cualquier usuario y que evidencia en un período determinado donde están ocurriendo los cambios de los ecosistemas. Esperamos que sirva para toma de decisiones y gestión ambiental en esos territorios”, explicó Uriel Murcia, investigador del Instituto Sinchi.
Los mapas se construyeron combinando información del Ideam, el Instituto Agustín Codazzi y mapas de coberturas de la tierra que genera el propio Sinchi junto a Parques Nacionales.
Una situación que preocupa a los investigadores es que la tasa a la que se recuperan los bosques transformados es muy inferior a la tasa a la que son talados. Entre 2012 y 2014, los dos años analizados en los mapas, 445.000 hectáreas se transformaron en áreas seminaturales o transformadas. En ese mismo periodo de tiempo tan sólo 43.200 hectáreas se restauraron. Es decir, apenas un 10% se recuperó.
“El reto es modificar las formas de ocupación de este territorio”, explica Murcia. Visión Amazonía, el programa que canaliza recursos internacionales y nacionales para cumplir con meta de reducir la deforestación neta a cero antes de 2020, tiene un componente agroambiental importante a través del cual se pretende trabajar de cerca con productores locales para conservar el bosque.
Los departamentos de Caquetá, Putumayo, Guaviare y Meta, son los departamentos que mayor transformación han presentado. Los expertos de ambas instituciones coincidieron en que Colombia debe pensar seriamente las estrategias para cerrar la frontera agrícola en una zona que provee muchos servicios ecosistémicos valiosos para el país, la región y el mundo entero.