En el estudio de la Unión Internacional para la Conservación (UICN) analizó más de 100 casos alrededor del mundo. Las mujeres confesaron ser maltratadas por sus parejas por la falta de acceso a recursos naturales y violadas sexualmente por defender su territorio.
El papel que juega la mujer en el acceso a los recursos naturales para la supervivencia es fundamental en muchas comunidades alrededor del mundo. El tener que encontrar los alimentos para su familia, ser violentadas por sus parejas por participar en mercados agrícolas o el uso de su cuerpo como blanco de dominación por parte de quienes explotan sus territorios, son actividades que convirtieron los problemas ambientales en un elemento más para perpetuar la violencia de género.
Gracias a un informe elaborado por la Unión Internacional para la Conservación (UICN) se expusieron relatos de mujeres en todo el mundo que evidencian la relación entre la violencia de género y los problemas ambientales. El estudio, Violencia de género y vínculos ambientales: la violencia de la desigualdad, revisó más de 100 casos y analizó la respuesta de cerca de 300 profesionales para llegar a una clara conclusión: La violencia de género es un medio de control, que en muchas ocasiones se representa en el acceso de los privilegios, entendidos por estas mujeres, como los recursos naturales necesarios para la vida.
El acceso y control sobre los recursos naturales crea tensiones dentro de las familias, especialmente evidenciadas en relaciones de parejas. Un ejemplo claro, dado en el informe, es el deseo de muchas mujeres de hacer parte de mercados agrícolas que generan ingresos, en su mayoría, son controlados por los hombres. Eso pasó en una comunidad en la que varias mujeres abandonaron su trabajo en un mercado local pues sus esposos las golpearon por participar. Para los hombres, según los investigadores, este tipo de actividades les quitaban tiempo para realizar las tareas domésticas.
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Presiones y amenazas ambientales
Según el UICN las amenazas al medio ambiente, incluidas las actividades ilícitas e ilegales, también están relacionadas con la violencia de género. Los actores que realizan este tipo de acciones ilegítimas, como por ejemplo la extracción ilegal o el comercio de animales silvestres, utilizan a la mujer como blanco para ejercer control sobre las comunidades.
Uno de los casos reflejados en el informe, cuenta como en Zimbabwe una compañía de plantas de energía renovable prometió desarrollo comunitario y empleos. Sin embargo, su trabajó allí se convirtió en una constante presión sobre los derechos de la tierra. Tsitsi, una de las mujeres de la comunidad, se enfrentó a la ocupación de su territorio y para poder construir la planta de energía, su abuela era quien tenía que retirar algunos árboles del camino. Como no lo pudo hacer por problemas de salud, las dos fueron desplazadas. Al exigir una reubicación, «el jefe dijo que, si quería tierra, debía tener relaciones sexuales con él».
El cuerpo de la mujer es violentado
Las mujeres que se enfrentan a estas situaciones tienen que sopotar amenazas que vulneran sus derechos. Esta situación es común en mujeres indígenas que viven discriminación y violencia. Uno de los casos en Guatemala cuentó la historia de Itzel, una mujer que defiendía la soberanía de su territorio indígena. “Cuando me amenazan, dicen que me matarán, pero antes de que me maten, me violarán. No le dicen eso a mis colegas varones. Estas amenazas son muy específicas para las mujeres indígenas. También hay un racismo muy fuerte contra nosotros. Se refieren a nosotras como esas mujeres rebeldes indias que no tienen nada que hacer, y nos consideran menos humanas «. Como señaló la Organización Internacional del Trabajo, estas situaciones aumentan la violencia de género y el acoso.
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Para la UICN es necesaria una atención centrada en casos de mujeres como Tsitsi y Itzel, pues la violencia no es un hecho único, sino que conlleva a consecuencias para toda la vida, como por ejemplo el trauma de ser violada. Esta organización lanzará próximamente una Plataforma de Conocimiento de Medio Ambiente GBV, que tiene como objetivo crear una base de conocimiento que reunirán estrategias que desencadenen en la transformación de estas prácticas que incrementan la violencia de género.