Colombia se comprometió a reducir a cero la deforestación. Pero desde entonces sólo aumenta el bosque talado. Estos son los actores que no cumplieron con todas sus tareas.

Por Pablo Correa

n 2015 en Paris, frente a 192 naciones, el presidente Juan Manuel Santos se comprometió a que Colombia reduciría a cero la tasa de neta de deforestación en el Amazonas. Ese año el país perdía 140.356 hectáreas de bosque, el 46% se concentró en Amazonía. En 2016 la cifra se trepó hasta 178.597 hectáreas, el 60% en esa misma región. La semana pasada, cuando el Ideam reportó la cifra de 2017, las cosas seguían empeorando: se talaron 219.973 hectáras. Con respecto al año anterior, la deforestación en la amazonía se duplicó.

¿Por qué después de tres años desde que Colombia adquirió el compromiso de reducir la deforestación y comenzó a recibir ayuda de Noruega, Reino Unido y Alemania, entre otros aliados, las cosas sólo empeoran? Más allá de los análisis sobre los factores que están detonando la deforestación en el sur del país, entre ellos la firma de la paz y la especulación de tierras asociada, quisimos hacer un listado de las fallas que se están dando y han impedido una lucha frontal para detener este fenómeno.

Presidencia de la República: El presidente Juan Manuel Santos siempre le sonrió a las cámaras durante la declaración de áreas protegidas en el Amazonas, como la ampliación del Parque Chiribiquete, pero en las zonas deforestadas prefirió enviar a sus delegados. Hizo falta que desde Presidencia se coordinara a los distintos ministerios (no sólo Minambiente) en la lucha contra la deforestación y se impulsara una robusta política de bosques. En el Plan de Desarrollo se incluyó la lucha contra la deforestación pero eso nunca se tradujo en una verdadera estrategia y planes de acción. ‘Disminuir la deforestación, la meta que me faltó por cumplir’, le dijo Santos a la periodista Tatiana Pardo de El Tiempo en marzo de este año. ¿Será capaz Iván Duque de reducir la curva de deforestación?

Ministerio de Defensa: La “pelota está en la cancha del Ministerio de Defensa y de  las Fuerzas Armadas”, dice alguien muy cercano al problema de la deforestación en Colombia. Uno de los ejércitos más poderosos del continente, no ha sido capaz de reaccionar ante un enemigo tan peligroso para la seguridad nacional como las guerrillas: la deforestación. Hasta ahora se han concentrado en control de madera en ríos y carreteras, pero el grueso de la deforestación es quema para apropiación de tierras. Los militares aún no descubren la mejor forma para coordinar su trabajo con Fiscalía y Policía.

Minagricultura. La deforestación es cada día menos un problema de Minambiente y más de Minagricultura. Incluso, la política agraria actual  está estimulando hasta cierto punto la deforestación. “No es posible que lleven plata a través de proyectos productivos sin firmar acuerdos de conservación de bosque”, le contó a El Espectador una persona cercana a la lucha contra la deforestación. (Imagen: Aurelio Iragori fue ministro de Agricultura hasta 2017. La última cifra cae dentro de su responsabilidad).

Minambiente. Aunque en estos tres años consolidó el proyecto Visión Amazonía y se tomó en serio el problema, al ministro Luis Gilberto Murillo le faltó liderazgo político para sentar en la mesa a otros actores políticos. En muchas de las reuniones sobre el tema el ministro de Ambiente interactúa con funcionarios de segundo orden de otros ministerios.(Imagen: Luis Gilberto Murillo, ministro de Ambiente).

 

Planeación Nacional: Tiene pendiente un Conpes sobre control a la deforestación. Un documento que debería ser el principio para una nueva política de bosques. (Luis Fernando Mejía, director de Planeación Nacional).

Gobernaciones. A los gobernadores de Caquetá, Guaviare, Meta y Putumayo les ha costado mucho trabajo reaccionar ante el problema. Los anuncios se han quedado en buenas intenciones, ruedas de prensa y muy pocas veces se han traducido en ordenanzas para controlar algunos de los factores que inciden en el fenómeno como la circulación de maquinaria, las quemas de bosque. Y a veces parece que jugaran con cartas bajo la mesa impulsando proyectos viales o evitando tomar medidas drásticas. (Imagen: Álvaro Pacheco, gobernador del Caquetá. Este departamento fue el más deforestado con 60.373 hectáreas).

Corporaciones Autónomas (Corpoamazonia, Cormacarena y la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Norte y el Oriente Amazónico). Están más orientadas a trabajar en áreas de bosque natural y no tienen, o tienen muy poca, presencia en áreas de alta deforestación. No tienen fuerza real para operar sobre el problema.

Alcaldes. Para bien y para mal, en tan sólo 25 MUNICIPIOS se concentra el 74% de la deforestación nacional. Eso significa que los esfuerzos se pueden concentrar y priorizar. Pero muy pocos de esos 25 alcaldes han sido capaces de asumir la deforestación como el verdadero reto de su administración. Podrían ser héroes globales, pero han preferido tener una mirada cortoplacista. (Imagen: Humberto Sánchez, alcalde de San Vicente del Cagúan, el municipio más deforestado de Colombia).

Fiscalía General de la Nación. Hasta ahora se ha movido por presiones mediáticas. Nombraron cinco fiscales para seguir los casos relacionados con deforestación pero ni siquiera están en la Amazonía. Cuando alguna autoridad policial reporta un caso, pueden pasar hasta seis meses para que un fiscal reaccione. La Fiscalía no tiene un plan para acompañar y respaldar a las otras instituciones. De hecho ya ni siquiera tiene una fiscalía especializada en este tema.

Policía: Han reconocido la importancia del tema y se han involucrado en la lucha contra la deforestación, sin embargo, también incumplieron promesas. Prometieron crear un cuerpo élite para este tema y eso se quedó archivado. (Foto: Jorge Hernando Niego Rojas, director general de la Policía Nacional).

Instituto Colombiano Agropecuario: Gran parte de las tierras deforestadas en la amazonia se destinan a cría de ganado. A pesar de eso, esta institución está registrando, vacunando y autorizando la circulación de ese ganado. Esto está abriendo el camino para que más personas sigan deforestando. (Imagen: Luis Humberto Martínez, gerente general del ICA).

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