Mientras en 2016 se deforestaron 70.074 hectáreas de selva amazónica, en 2017 la cifra aumentó a 144.147 hectáreas. Se esfumó la posibilidad de reducir a cero la tasa neta de deforestación en la Amazonia para el 2020.
Por: María Mónica Monsalve S. Periodista de El Espectador
@mariamonic91
Las malas noticias sobre deforestación en Colombia continúan. Pese a los esfuerzos, promesas y el continuo monitoreo que el país viene haciendo sobre su territorio, la depredación de los bosques no disminuye. El Ideam, tras analizar 1.750 imágenes satelitales, anunció que sólo en el año 2017 se perdieron 219.973 hectáreas de bosques. Lo que quiere decir que la tasa de deforestación aumentó 23 % respecto al 2016.
La cifra, como sucede cada año, no deja de ser alarmante. Pero esta vez carga una particularidad aún más preocupante: la deforestación en la Amazonia está fuera de control. Es más, el 65,5 % del cambio en la cobertura de bosque natural se dio en esta área, duplicándose en sólo un año. Mientras en el 2016 el amazonas perdió 70.074 hectáreas de bosque, en el 2017 la cifra aumentó a 144.147 hectáreas.
Lo serio del asunto, además de los riesgos lógicos que implica la deforestación a nivel medio ambiental, es que los bosques del Amazonas deberían ser los más protegidos del país. Hace tres años, en el 2015 y durante la Cumbre de Cambio Climático, que se celebró en París, el gobierno colombiano se comprometió a reducir a cero la tasa neta de deforestación en el Amazonas para el 2020. Con los fondos que recibió de países como Noruega, Alemania y el Reino Unido se creó el programa Visión Amazonia para hacer frente al desafío. A dos años de que se cumpla la fecha límite la meta parece imposible de cumplir. De hecho, ni los más optimistas creen que se cumpla.
En solo ocho municipios amazónicos se dio el 47 % de la perdida de bosques naturales de todo el país: San Vicente del Caguán (12,1 %), Cartagena del Chairá (10,3 %), San José del Guaviare (8,8 %), Calamar (4,6 %), El Retorno (3,4 %), Solano (3,1 %), Puerto Guzmán (2,5 %) y Puerto Leguízamo (2,3 %).
Ante esto, Luis Gilberto Murillo, ministro de Ambiente, prefirió resaltar que la tendencia en el resto de las regiones es que la deforestación se viene estabilizando o, incluso, disminuyendo. “Nuestra meta era poder estabilizar la deforestación y que en el año 2018 empiece el descenso y esto se dio. En el Chocó, que tenía 23 mil hectáreas de deforestación, disminuyó a 10 mil. En el Caribe y en la región Andina también, mientras en la Orinoquía se estabilizó”. Se calcula que cada hora en Colombia se pierden 25 hectáreas de bosque. De esa manera, ayer, mientras los colombianos veían el primer partido del Mundial y el Ministro presentaba estas cifras a diversos actores del Gobierno, Colombia perdía unas 40 hectáreas de selva.
Puntualmente, según el informe del Ideam, en la Orinoquía se concentró el menor porcentaje de superficie deforestada (4,5 %) del 2017, seguida del Pacífico (6,1 %), el Caribe (7,1 %) y la región Andina (16,7 %). El año pasado, el Amazonas se llevó la peor parte con el 65,5 % de la deforestación.
Pero, ¿por qué esta región, que tiene 39’516.141 hectáreas de bosque de las 59’311.350 que tiene Colombia, se vio tan afectada el año pasado? La respuesta, por supuesto, viene con múltiples factores.
Aunque el Ideam explica que durante el 2017 el 70 % de la deforestación que se concentró en los 8 núcleos principales tiene que ver con causas directas de la praderización, los cultivos ilícitos, la infraestructura de transporte, la extracción ilícita de minerales, la ganadería extensiva y la extracción de madera, la Amazonia tiene sus particularidades. En esta región pesan más la ganadería extensiva, el acaparamiento de tierras y la construcción de carreteras que los cultivos de uso ilícito y la tala de madera. Una cosa que está quedando clara con el paso de los meses es que esa alta tasa de deforestación es el precio que el país está pagando en el posconflicto.
Por ejemplo, entre los municipios de Calamar y Miraflores (Guaviare), la Gobernación del Guaviare comenzó a promover la ampliación de una antigua trocha utilizada por las Farc. Y, en cálculos del Ideam, el 75 % de la deforestación en los núcleos del amazonas ocurrieron cerca de una carretera y el 25 % a un río principal.
Para José Yunis, director de Visión Amazonia, lo importante en este punto es que todos los actores involucrados, tanto del Gobierno Nacional como los departamentos y municipios, así como autoridades judiciales y la Fuerza Pública, trabajen juntos para cambiar la trayectoria de esa curva de deforestación y lograr que comience a descender lo antes posible.
*Infoamazonia es una alianza periodística entre El Espectador, Amazon Conservation Team y Dejusticia.