Estudiantes de la Universidad Nacional y Universidad del Valle, en Colombia, crearon una herramienta para saber dónde y cuándo se reproducen los árboles de la amazonia brasileña
Por InfoAmazonia
Desde marzo de este año, la tesis del biólogo Diego Caetano, estudiante del doctorado en Agroecología de la Universidad Nacional del Palmira tomó un giro. Lo que era una disertación sobre estrategias de valoración y uso sostenible de los árboles nativos de su tierra natal en Brasil se convirtió en un programa de escritorio que almacena bases de datos sobre la flora de la Amazonia en Brasil, inicialmente con aplicación en el municipio de Cacoal, perteneciente al estado de Rondonia.
¿Para qué? Además de recolectar información y monitorear cada especie, el software busca incentivar la propagación controlada de semillas de especies arbóreas en peligro de extinción. A diferencia de otros programas de seguimiento de especies que se enfocan en la ganadería o la agricultura, el Sistema de Monitoreo de Árboles Silvestres (Simas) se concentra en la propagación de árboles nativos como el cerejeira (amburana acreana o simplemente árbol de cerezo); mogno (sweietenia macrophylla); peroba (aspidosperma polineuron) y cedro (cedrela fissilis), ahora seriamente amenazados por la deforestación.
Rondonia es un estado brasileño particularmente vulnerable a este fenómeno. Datos no oficiales del Sistema de Alerta de Deforestación de Brasil reportaron que la tala de árboles en esa región ascendió al equivalente a 244 kilómetros cuadrados para 2017, un 467% más que 2013.
Avance de la deforestación en Rondonia, Brasil, desde 2000 a 2012. Clic aquí para ver el progreso completo // NASA
Especies como estas se encuentran esparcidas a lo largo de la Amazonia (no solo la brasileña) y distanciados unos 20 kilómetros entre cada especie. Esta distancia dificulta que los investigadores científicos y otros particulares den con el árbol que buscan en medio de la selva, y lo protejan o estudien. El Simas permite al investigador georreferenciar cada árbol y programar una alarma que avisa el tiempo de crecimiento y propagación de la semilla para que el científico vaya «a la fija» a recoger la semilla del árbol, la guarde adecuadamente o la plante cerca suyo para estudiarla. Así se ahorra la caminata y tiene sistematizada su base de datos, hallazgos y calendarios. «Así los que tienen viveros pueden preservar las especies tradicionalmente taladas», explica Caetano.
La herramienta está pensada para ser usada por agentes de cambio: alcaldes, gobernadores, agricultores, técnicos, científicos, conservacionistas. «A lo mejor algún día será gratuita, pero habría que hacer convenios para mantenerla en internet, por ejemplo, o contratar servicios que alimenten y actualicen una aplicación. Para evitarnos esos costos y evitárselos al usuario, decidimos hacer un software de escritorio», cuenta Antonio José Vélez, coordinador del programa en Tecnología en Sistemas de Información de la Universidad del Valle y co-creador del software.
El sistema, compatible con Windows y Linux, cuenta con cuatro ventanas para consolidar la información recolectada, en las que se contemplan aspectos como el nombre común y científico de la especie; su descripción morfológica, taxonómica y biológica; y los usos tradicionales que le dan las comunidades, como en alimentos, medicina, construcción, entre otros. También agrega fotografías.
La región amazónica tiene 14.003 especies de flora reconocidas por la ciencia. Diego Caetano clasificó 146 especies en ese estado y las subió al Simas. Una tarea ardua si se tiene en cuenta que lo hizo una sola persona, marcando cada árbol, tomando coordenadas, midiendo la distancia entre especies, fotografiando, estudiando, etc.
Aunque es poco probable que un solo programa pueda clasificar la cantidad de especies arbóreas que hay en la Amazonia, sí sería posible que algo de lo deforestado en las regiones de la cuenca se vea retribuido a través de la propagación manual de las especies, o de la conservación en viveros.
El Sistema de Monitoreo de Árboles Silvestres (Simas) será presentado esta semana en Palmira, Valle del Cauca, Colombia, y contó con la participación adicional de los estudiantes Andrés Felipe Jurado y Miguel Ángel Gutiérrez.