Se realizó el Festival Cultural Shipibo Chariboan Joi en la comunidad Betania de la Amazonía peruana, para registrar cuentos shipibo tradicionales y seleccionar jóvenes shipibo para capacitarse en periodismo.
El 2 de diciembre de 2014 se llevó a cabo el Festival Cultural Shipibo Chariboan Joi (Voces Volando como Loro Maracana) en la comunidad Betania de la Amazonía peruana como parte del proyecto del mismo nombre. El objetivo era registrar cuentos shipibo tradicionales y seleccionar a un grupo de jóvenes shipibo para recibir capacitación en la ciudad de Yarinacocha sobre el uso del teléfono celular como herramienta periodística. Allí aprenderán las bases del periodismo, y a usar herramientas digitales e internet. Los cuentos serán traducidos al castellano e inglés y subidos a la web, además de ser emitidos en algunas radios locales.
En la mañana hubo un breve taller de periodismo, donde asistieron más de 40 jóvenes estudiantes de secundaria de las comunidades shipibo Betania, Alva Castro, Bethel y Palestina. Durante la parte teórica hicimos hincapié en la información que no debe faltar en un reportaje como lugar, fecha, nombre del entrevistado y del entrevistador, y las técnicas para generar confianza. La parte práctica consistió en recorrer la comunidad haciendo reportajes.
Con modesto optimismo mandamos a los participantes al campo, y para sorpresa nuestra, volvieron con aceptables reportajes. Evidentemente habían entendido todo muy bien. Quizá la rapidez del taller impidió romper el hielo inicial, tanto con el equipo de Chariboan Joi como entre los jóvenes de las diferentes comunidades.
Durante la revisión de los reportajes y la retroalimentación ya había un clima de mayor confianza con el equipo y entre los jóvenes. Luego los lazos de amistad se fortalecieron con una breve tarde deportiva.
Estamos en época de lluvias, sorpresivas y prolongadas, aunque afortunadamente durante el festival nos acompañó un mesurado sol. Al atardecer y en la noche los zancudos no nos perdonaron, por lo que montamos unos sahumadores de palo santo para espantarlos. Todo funcionaba bastante bien, menos cuando el viento cambiaba de dirección.
Esa noche, prosiguiendo con el programa, hubo algunos actos culturales como cantos y danzas tradicionales. También reprodujimos algunos de los reportajes de la mañana, el silencio y la atención prestada nos demostraban que los temas eran de interés. Como eran en idioma shipibo y el que escribe no entiende más de 30 palabras, un profesor me dijo que estaban contando la fundación de la comunidad. En algunos casos había muchas risas, pero preferían reírse antes que traducirme el contenido.
Como acto final y principal vinieron los cuentos a ser narrados por los ancianos. Teníamos preparadas tres grabadoras por si alguna fallaba. Cuando salió el primero, después de una larga introducción, en vez de contar un cuento prefirió ofrecernos un canto tradicional denominado masha. «Bueno», pensé, «el siguiente sí contará un cuento», pero no ocurrió así: después de tomar el micro, el segundo orador prefirió cantar otro masha. Lo mismo ocurrió con el siguiente. Preocupado les dije a los compañeros de la Organización de Jóvenes Indígenas de Ucayali (OJIRU), que estaban muy tranquilos y sonrientes: «No tenemos ni un cuento». «No», me contestaron, «pero en los reportajes de la mañana se han recopilado varios cuentos”. Gran alivio.
Ahora el equipo shipibo de Chariboan Joi, los jóvenes de OJIRU, tienen la misión de seleccionar entre 10 y 12 de los mejores reporteros del festival para una capacitación de 10 días en Yarinacocha entre enero y febrero de 2015.
No queremos terminar sin agradecer la visita de Eduardo Avila, director de Rising Voices, el 26 y 27 de noviembre pasados. Ahí compartió valiosos momentos con OJIRU y los ayudo a crear su propio blog.
– Esta nota fue originalmente publicada en Rising Voices y es republicada a través de un acuerdo para compartir contenido.