Nancy Suárez. Guaviare
“El resguardo Panuré, de donde yo vengo, queda a diez minutos, qué, cinco minutos de San José del Guaviare y está al lado de la laguna Panuré. En el resguardo habitamos 13 etnias: están los Cubeos, los Varasana, los Desano, los Guananos, Piratacuyo y muchos otros.
En la artesanía trabajamos las fibras de cumare, guaramo y moriche, que son unas palmas que dan unos pelos largos que nosotras cortamos. Pero para cuidar la naturaleza, nosotros bajamos el material con una herramienta que llamamos media luna. Si no podemos con la media luna, hacemos camaretas para no dañar la palma.
Además de fibra, el cumare nos da el alimento que en el departamento del Guaviare llamamos corombolo, y al comerlo hacemos buen aprovechamiento. Del guaramo también comemos y de otras plantas hacemos yapurá, una especie de mantequilla. Del moriche, que crece a la orilla del río, sacamos la palma y la tinturamos con pintura que sacamos de plantas, semillas, flores y hasta con carbón.
En los conucos, o chagras que llamamos, que son los lugares en donde las mujeres cultivan toda la comida, no se tumban hectáreas. Si hay mata de cumare, la dejamos para que crezca porque con eso las mujeres hacemos artesanía y le damos alimentación y educación a los hijos.
Pero en donde vivo no tenemos chagras así de grandes porque tenemos un problema ambiental que nos tiene preocupados: el humedal que llega hasta la laguna de Panuré se ha contaminado desde que hicieron el servicio de alcantarillado de los barrios de San José del Guaviare, y desde entonces, todas las aguas negras terminan en el humedal, hace casi 10 años. En esa época hicimos una acción de tutela que nos ganamos, pero no pasó nada y el humedal se dañó. Aunque hay peces todavía, la mayoría se mueren y en verano el problema es peor porque bajan esas aguas negras y no hay lluvia que limpie.
En otros tiempos, madurábamos ahí el mañoco, la yuca, o la fariña* que llamamos. La dejábamos madurando en los caños. Ahora toca poner las yucas en canecas de plástico porque el agua se contaminó. Incluso, los frutos no los dejamos caer cerca del agua, o no recogemos esos, sino que nos trepamos y los bajamos de la mata, entonces el sabor le cambia a la comida, sabe muy distinto. También ahora que no tenemos dónde bañarnos, los niñitos que han nacido ahorita no saben nadar, y eso para un indígena es muy raro.
Otro problema es que el resguardo consta de 303 hectáreas, es chiquito. Al principio era para 10 familias, pero como todos los que están son oriundos del Vaupés, el tío llamó al hijo, y al primo, y ahora somos 85 familias. Eso es hacinamiento y ya no hay chagra para tantos, y las chagras que hay, están lejos. Incluso, como se dañó el humedal nos debemos ir por el río [Guaviare] durante 1 hora para coger pescado.
Como mujeres del resguardo nos pensamos cómo recuperar lo poquito que queda del humedal, y por eso tratamos de conservarlo”.
*Fariña: Preparo típico amazónico que consiste en moler yuca brava en pequeños granos que se comen con sopas o carnes.
**Según un documento de Uniminuto, en 1966 aproximadamente llegaron a San José del Guaviare las primeras familias Tucano oriéntales. Se ubicaron en la finca llamada Venezuela en la época. La tierra fue prestada por los misioneros que llegaron antes que los indígenas a San José del Guaviare, para que cultivaran sus productos y vivieran allí. La finca Venezuela en la actualidad es conocida como el resguardo de Panuré. Paulatinamene, el resguardo de Panuré ha quedado rodeado por colonos o los propietarios de las fincas que lindaban con el resguardo, y que lotearon” para vender o construyeron proyectos de vivienda, entre ellos, los barrios la Paz, Santo Domingo y la urbanización Prados de San Sebastián.