A través de un telegrama, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil informó que ya no intentará ser sede del evento que se realizará en noviembre del 2019.
A través de un telegrama, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil informó que ya no intentará ser sede del evento que se realizará en noviembre del 2019. La Cumbre busca coordinar el cumplimiento de los objetivos medioambientales del Acuerdo de París, el cual ha sido cuestionado por el futuro presidente Jair Bolsonaro.
El gobierno de Brasil retiró su postulación para ser sede de la vigésimo quinta Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 25), que se realizará en noviembre del 2019. Según el diario brasileño O’Globo, el Ministerio de Relaciones Exteriores de dicho país informó que la renuncia se debe a limitaciones presupuestales y al proceso de transición presidencial que está en curso tras el triunfo de Jair Bolsonaro, quien asumirá el cargo en enero próximo.
Hace dos meses Brasil presentó su candidatura para acoger esta nueva edición de la Convención sobre el Cambio Climático, la cual se realiza cada dos años y reúne a líderes de 195 países, empresas, inversores, ONGs y representantes de la sociedad civil. Esta reunión tiene como fin revisar y acelerar el cumplimiento de los objetivos adoptados en el Acuerdo de París sobre el cambio climático con miras al 2030.
Brasil era el único país en Latinoamérica en ofrecerse a ser sede del evento y su postulación sería sometida a votación en menos de un mes en Polonia. Según O’Globo, la cancillería brasileña hizo público un telegrama dirigido a la embajadora Patricia Espinosa, secretaria ejecutiva de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, donde explica que su país renunciaba a intentar ser sede del evento por “restricciones presupuestarias».
«Teniendo en cuenta restricciones fiscales y presupuestarias, que muy probablemente deben continuar en un futuro próximo, y teniendo en vista el proceso de transición a la administración recién elegida, que se inaugurará el 1 de enero de 2019, el gobierno brasileño está obligado a ‘retirar la oferta de albergar la COP 25′», señala el telegrama.
En comunicación con Ojo-Publico.com, Ivan Lanegra, exviceministro de Interculturalidad de Perú, señaló que el gobierno saliente quiere evitar que Brasil pase una vergüenza internacional, pues si lo eligen como anfitrión, Bolsonaro podría revertir esta medida. En este sentido, Lanegra recordó que el futuro presidente de Brasil ha cuestionado el Acuerdo de París y ha hecho manifiesto su interés por reducir las multas ambientales.
De acuerdo con fuentes cercanas a la diplomacia brasileña, la propuesta para realizar la COP 25 en Brasil nunca logró un consenso en Itamaraty. La iniciativa fue del antiguo ministro de Medio Ambiente de la gestión de Temer, Sarney Filho, y fue apoyada solo por un sector de los diplomáticos. La cuestión principal detrás del reciente anuncio serían los altos costos de organización que demandará la Cumbre, pues se calcula una inversión de unos 400 millones de reales.
La noticia surge en medio de la divulgación de nuevas cifras sobre la deforestación de la Amazonia brasileña. Los datos del Programa de Monitoreo por satélites del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) revelaron un aumento del 14% en la apertura de nuevas áreas en la selva tropical. En total se perdieron 7.900 kilómetros cuadrados de bosques nativos, entre agosto de 2017 y julio de 2018. Esta tendencia creciente amenaza el cumplimiento de los compromisos climáticos asumidos por Brasil en el Acuerdo de París.
El 5 de octubre último, la cancillería brasileña divulgó una nota indicando que la intención de asumir la organización del evento «confirma el papel de liderazgo mundial del país en temas de desarrollo sostenible» y «refleja el consenso de la sociedad brasileña sobre la importancia y la urgencia de acciones que contribuyan en la lucha por el cambio climático”.
A pesar de los argumentos oficiales, el futuro ministro de Relaciones Exteriores de Bolsonaro y simpatizante de Donald Trump, Ernesto Araújo, señaló hace unas semanas que el cambio climático es “un dogma que viene sirviendo para justificar el aumento del poder regulador de estados sobre la economía y el poder de las instituciones internacionales sobre estados nacionales y sus poblaciones”.
En un comunicado, la organización de la sociedad civil Observatorio del Clima calificó la actitud del gobierno brasileño como lamentable. «Brasil va, así, abdicando su papel en el mundo en una de las pocas áreas donde, más que relevante, el país es necesario: el combate a los cambios del clima”, indicaron.