El Banco Mundial, GEF y los británicos llevan ocho años y 27.7 millones de dólares implementado un proyecto para que pequeños y medianos ganaderos colombianos conviertan sus fincas en proyectos sostenibles y no se tale más bosque, ¿ha funcionado? Nueve científicos colombianos usaron imágenes de radar para responder.

 

Por Helena Calle ([email protected])

Desde 2010, el Banco Mundial, el Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF) y el Departamento de energía, negocios y estrategia industrial del Gobierno Británico giran cerca de $81.810 millones para que 4.098 fincas ganaderas se vuelvan sostenibles.

El proyecto Ganadería Colombiana Sostenible incluye a la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegan), Centro para la Investigación en Sistemas Sostenibles de la Producción Agropecuaria (CIPAV), Fondo acción para la Acción Ambiental y la Niñez , The Nature Conservacy.

El proyecto funciona así: un ganadero participa del proyecto donde recibe recursos y asistencia técnica para aumentar la productividad de su finca y a través de la firma un acuerdo de cero deforestación se compromete a conservar los bosques al interior de su finca y dedicarle algunas de sus hectáreas de pastos para integrar elementos vivos como árboles alisos y robles, que a largo plazo, hacen de alimento y sombra al ganado, mejoran la calidad de los suelos, capturan carbono y atraen animales que hacen parte de la biodiversidad de la región.

Según el Banco Mundial, el proyecto ha funcionado bien porque unos 4.000 ganaderos han convertido miles de hectáreas a modelos más sostenibles de ganadería, y la meta son 50.500 hectáreas para el fin del proyecto, en 2020. (Vea también: Colombia tiene 40 millones de hectáreas para producir alimentos)

¿Esto significa que ha funcionado para convertir la ganadería en un proyecto amable con el medio ambiente Sí. ¿Pero significa que la ganadería, sostenible o no, está reduciendo la deforestación en el país?

Es fue la pregunta que se hicieron nueve científicos colombianos que pertenecen a al programa de Biología de la Facultad de Ciencias Naturales y Matemáticas de la Universidad del Rosario, The Nature Conservacy (TNC) y el Sistema de Monitoreo de Bosques y Carbono del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam).

En el estudio que publicaron esta semana en la revista Remote Sensing, se dieron a la tarea de averiguar si en 2.615 fincas ganaderas de las cinco regiones del país en donde funciona el programa de Ganadería Colombiana Sostenible estaba reduciendo las tasas de deforestación que la ganadería extensiva impulsa.

Según el Observatorio de agronegocios e industria de alimentos de la Universidad de los Andes, la ganadería es el tercer mayor motor de deforestación en Colombia después del acaparamiento de tierras y el cultivo de coca. (Seis transformaciones obligatorias para el desarrollo sostenible)

“Hay decenas de técnicos que hacen seguimiento a los acuerdos en campo, pero hay limitaciones. Son miles de ganaderos en cinco regiones del país, y cubrir todos esos sitios y monitorearlos implica plata, tiempo y retos. Por ejemplo, muchas zonas son de difícil acceso incluso para gente entrenada para esto, ya que muchos de los bosques están en pendientes muy pronunciadas. Lo que quisimos hacer con la investigación fue un análisis robusto con imágenes de satélite puedes observar grandes extensiones de la superficie de la tierra y plantear una mirada independiente para verificar los acuerdos de cero deforestación”, dice Carlos Pedraza, el investigador principal del estudio y estudiante de doctorado de la facultad de Ciencias Naturales y Matemáticas de la Universidad del Rosario quien trabajó con TNC durante los últimos siete años como científico.

La mirada independiente a la que se refiere Pedraza es la del ALOS PALSAR, una misión puesta en órbita en 2006 por la Agencia de Exploración Aeroespacial Japonesa (JAXA) que monitorea los cambios en los bosques del mundo, el clima, los desastres naturales, entre otros. Funciona como casi ningún otro satélite en órbita: “pese a los grandes desarrollos cientificos monitorear los bosques en Colombia puede ser un dolor de cabeza ya que muchas regiones del país estan casi permanente cubiertas por nubes”, explica Pedraza.

ALOS PALSAR es un sensor activo de radar, el mismo principio de los rayos equis. “Lo que haces es generar ecos, bajo un principio similar al de la ubicación de los murciélagos, que envían frecuencias de onda para ubicarse. El radar no depende de la luz, y puede atravesar las nubes, por lo que puede ser muy útil. Es una técnica de monitoreo de deforestación relativamente nueva para el país, además de ser más compleja de procesar. Y su aplicación para el monitoreo de bosques es lo que estamos estudiando con el Ideam”, señala el investigador.

Estos sensores de radar son los mismos que la misión Cassini, de la NASA, usó durante 20 años para explorar Saturno y sus lunas, rodeadas por una atmósfera tan “espesa” que un satélite óptico hubiera sido inútil. Esa misión recolectó 450.000 imágenes de radar antes de inmolarse contra Saturno el año pasado.

Como el uso del radar es muy nuevo en el país, los investigadores han tenido colaboración técnica en múltiples países e instituciones para entender cómo se procesaban los datos, o mejor dicho, cómo convertir los ecos en las 125 imágenes y mapas que resultaron del estudio. 

Debieron hacer una especie de catastro en 802 fincas de las 2.615 fincas que estudiaron para complementar el ejercicio que habían hecho los técnicos en campo. “Tocó usar imágenes satelitales para ver dónde comienza y termina cada finca, y si la deforestación que percibe el programa es dentro de la finca o fuera”, dice Pedraza.

Fue como enseñarle a un niño a hablar. Los investigadores comenzaron por darle instrucciones a los algoritmos para que aprendiera a reconocer a partir de las imágenes qué era bosque y qué no era gracias a la información de campo proporcionada por los técnicos. Se aplicaron algoritmos de clasificación y se perfeccionó hasta tener claro que señales en las imágenes correspondían a los bosques. También complementaron la información con imágenes del sensor Landsat (imágenes que el Ideam para el monitoreo de bosques a nivel nacional).

Tras 10 meses de investigación, los nueve científicos estimaron que el programa de Ganadería Colombiana Sostenible sí funciona para detener la deforestación en Colombia, con algunas diferencias entre las regiones.

Teniendo en cuenta que el total de las 2.615 fincas estudiadas estimaron que hay 17.162 hectáreas de bosque al 2016 gracias a esos acuerdos de conservación con los ganaderos.

La región con mayor extensión de bosques fue el Meta, con 6.057 hectáreas de bosque al 2016, lo que es muy buena noticia si tenemos en cuenta que ese es uno de los departamentos más deforestados del país. Solo de enero a abril arrasaron con 5.000 hectáreas en el Parque Nacional Tinigua, en ese departamento.

Sumando todas las fincas del programa, se estimaron 95 hectáreas en las cincos regiones que corresponde al 0.5% del área de bosques asociadas a las fincas. Los ganaderos del Meta fueron los únicos que alcanzaron la deforestación cero, es decir que en ocho años de implementación, no han talado una sola hectárea. “Nuestros análisis de incertidumbre sugieren que las pocas hectareas encontradas de deforestación en las otras regiones pueden estar explicadas por las limitaciones del sensor en zonas de pendientes pronunciadas, bosques secos (que son super dinamicos) y la falta de precisión en las estimaciones de los limites prediales en varias de las fincas participantes del proyecto”, dice Pedraza.

Pedraza cree que la investigación va incluso más allá del programa de Ganadería Colombiana Sostenible porque se dieron cuenta que a través alianza con agencias como JAXA y en colaboración con la comunidad científica nacional e internacional, puede ser muy interesante para ofrecer más exactitud con los datos de deforestación y supera el obstáculo de las nubes en regiones como el Pacífico y parte de la Amazonía.

Esta técnica tuvo problemas en la geografía montañosa de regiones como la del Eje Cafetero, sobre la cual otros satélites ópticos tienen información más precisa. Combinar esos métodos podría mejorar la información que tiene el país sobre este fenómeno que solo el año pasado llegó a las 217.000 hectáreas de bosque tumbado en Colombia.

*Dentro de las 2.615 fincas estudiadas, solo se percibió un 0,5% de deforestación. El fenómeno continúa fuera de ellas en las cinco regiones.

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