Un estudio encontró que el calentamiento del Océano Atlántico puede estar cambiando los patrones de lluvia en la Amazonía, que cubre 9 países de Sudamérica. A medida que la lluvia aumente, la fotosíntesis se debilita y el crecimiento de las plantas del bosque podría disminuir su velocidad. También afectaría los ciclos de carbono, podría llevar a pérdida de habitat y causar inundaciones y deslizamientos.
La selva amazónica, que ocupa 5.6 millones de kilómetros cuadrados a través de 9 países de América del sur juega un papel importante en la regulación de los niveles mundiales de dióxido de carbono, y por lo tanto, afecta el clima mundial.
En el Amazonas, la fuerte transpiración junto con la interacción entre el suelo, y el mar Atlántico, produce el clima clásico húmedo de la selva tropical. Además, el crecimiento de los bosques de esta selva está influenciado por la precipitación, especialmente durante la estación húmeda de diciembre a mayo.
Estudios previos indican que los cambios en las lluvias de la Amazonía pueden atribuirse en gran parte a las variabilidades en el monzón sudamericano y el fenómeno de El Niño. Hasta aquí, esto se considera un fenómeno natural. Ante un escenario de cambio climático, ¿ha cambiado la lluvia amazónica en la estación húmeda en las últimas décadas?
Esta fue la pregunta clave de una reciente investigación publicada en Environmental Research Letters, en donde se reveló que la precipitación amazónica en la estación lluviosa ha aumentado durante las últimas tres décadas, desde 1979 a 2015.
Los profesores Zhu Jiang, Li Xichen y Ph.D. y la estudiante Wang Xinyue en el Instituto de Física Atmosférica de la Academia de Ciencias de China, y el profesor Clemente Tanajura,del Instituto de Física de la Universidad Federal de Bahía, usaron un modelo climático para medir la circulación atmosférica, registros de viejos pluviómetros y mediciones satelitales para explicar qué causó ese aumento en la precipitación. La respuesta es previsible: el cambio climático y el calentamiento del Océano Atlántico.
Los científicos encontraron que la lluvia en la Amazonía ha aumentado de 180 milímetros de agua por unidad de superficie al año a 600, siendo las temperaturas del Océano Atlántico las principales responsables. La temperatura del Océano Pacífico juega un papel menos crucial, pero también fue causa del aumento de las lluvias.
The Guardian señala que ha habido un calentamiento muy fuerte en el Atlántico, especialmente en las costas de América del Sur. Los océanos que se calientan sobrealimentan la evaporación del agua del océano en la atmósfera y cambian tanto la cantidad de agua como la cantidad de energía en la atmósfera. Este calentamiento en el Atlántico es responsable de aproximadamente la mitad de los cambios de precipitación en la estación húmeda en la selva amazónica. Con un funcionamiento «normal», el agua más salada de los trópicos se hunde 1.500 metros en el Océano Atlántico, y de esa forma, lleva el calor hacia abajo lejos de la superficie.
Los científicos aún discuten qué tanto de ese aumento de temperaturas es atribuible al cambio climático, pero lo cierto es que está afectando a la Amazonía, particularmente al norte, es decir, a países como Colombia y Brasil. Basta recordar la emergencia que vivieron departamentos como Guainía en la época invernal de 2018. (Lea también: Inundaciones en Vichada y Guainía afectan a 1.800 familias)
La relación entre el agua de la Amazonía y el Océano Atlántico va así: la selva tropical provee cerca del 20% del agua del planeta. Cuando sus bosques evaporan el agua hacia la atmósfera, estas moléculas son cargadas a otras zonas del planeta en donde llueve. Es el ciclo del agua. Evaporación y precipitación.
Este movimiento de energía que se origina en la Amazonía ayuda en los procesos de evaporación y condensación de otras zonas. De esta forma, el Amazonas conecta partes remotas del planeta. Lo que sucede en una región como el Océano Pacífico afecta el clima en otras partes, como el Océano Atlántico.
¿Por qué es importante saber esto? Porque la precipitación sobre el Amazonas es crítica para el sistema climático global. La selva proporciona mucho vapor de agua, haciendo una contribución importante al ciclo global del agua. La intensificación de las lluvias podría alterar la circulación de agua sobre los océanos Pacífico y Atlántico. A medida que la lluvia aumenta durante la estación húmeda, la fotosíntesis se debilita y la velocidad de crecimiento de las plantas del bosque lluvioso puede disminuir.
Estos procesos afectan el intercambio de energía y el ciclo del carbono. Más allá de eso, los cambios de precipitación podrían llevar a la pérdida de hábitat e incluso podrían resultar en la extinción de especies. Además, la lluvia torrencial ha causado inundaciones y deslizamientos de tierra, según explican los autores.
Este estudio recuerda que todas las zonas del planeta están de alguna manera, conectadas. De acuerdo con un informe de la ONU divulgado en la Conferencia del Clima, en 2017, un aumento de la temperatura mundial entre 3º C y 5 º C provocaría la transformación de amplias zonas del Amazonas en una sabana, un cambio drástico en las poderosas corrientes del fondo oceánico en el Atlántico, que regula el clima a ambas orillas de ese océano, y la frecuencia del fenómeno conocido como El Niño.
*Infoamazonia es una alianza periodística entre Amazon Conservation Team, Dejusticia y El Espectador