Rodrigo Botero, director de la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible, reportó 16 balsas mineras en la parte media del río Caquetá. Desde 2012 se denunció públicamente su presencia y el fenómeno continúa.
Fotos Cortesía de Rodrigo Botero, de la Fundación para el Desarrollo Sostenible de la Amazonía
Entre 2012 y 2013, el diario El Espectador denunció en sucesivos reportajes la presencia de balsas mineras en la parte media del río Caquetá. Seis años después las cosas parecen no haber cambiado mucho.
Rodrigo Botero, director de la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible, reportó la presencia de 16 balsas mineras en su último sobrevuelo en la zona (abril de 2018). Todas usan mercurio para atrapar el oro que extraen del lecho del río.
Las balsas fueron vistas entre el límite del Parque Nacional Natural Cahuinarí y el chorro de Araracuara.
Hasta ahora ha sido muy difícil que las autoridades judiciales y la Fuerza Pública trabajen en equipo en regiones como el Amazonas para controlar la minería ilegal.
En diciembre de 2014, el grupo de Química Ambiental y Computacional de la Universidad de Cartagena analizó niveles de mercurio entre los indígenas de la cuenca baja del río Caquetá. Encontraron concentraciones promedio de mercurio en el cabello que oscilan entre 15,4 y 19,7 partes por millón (ppm), cuando el límite saludable no debe ser superiores a 1 ppm.