La polémica carretera que conectaría San José del Guaviare con San Vicente del Caguán en el Guaviare, estaba pendiente de recibir luz verde por parte del Gobierno. Es uno de los focos de deforestación en la Amazonia
A pocos meses de terminar su segundo periodo presidencial, Juan Manuel Santos acaba de hacer una promesa para recordar. En “Especies”, una serie sobre biodiversidad y posconflicto que City TV, Canal13 y El Tiempo empezarán a transmitir la próxima semana, aseguróque la polémica carretera de la Marginal de la Selva no se hará “porque desde el punto de vista ambiental sería completamente contraproducente”.
La Marginal de la Selva es una de las pruebas de las tensiones entre posconflicto y medio ambiente al sur del país. En 2016, el año en que se firmaron los Acuerdos de Paz con las FARC, la deforestación se disparó en un 44% en la Amazonia, es decir, 70.074 hectáreas de bosque cayeron en 2016 bajo las motosierras, hachas y retroexcavadoras que amenazan, de acuerdo con el IDEAM.
De acuerdo con la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible (FCDS), que ha documentado con mapas, sobrevuelos y conexión con las comunidades locales, la deforestación alrededor de la Marginal de la Selva ha crecido vertiginosamente desde que arrancó el proceso de paz con las FARC, en 2012. En el primer informe de 2017 del IDEAM, tres de las ocho alertas tempranas por pérdida de cobertura de bosque correspondieron al Guaviare. Una en el municipio de San José del Guaviare, en el resguardo indígena Nukak Maku y en las veredas Caño Mosco (en donde hace poco se capturaron 5 personas por delitos ambientales), Caño Negro y Caño Blanco. Un segundo punto crítico en la carretera que construyeron las FARC en su momento, y que sería formalizada para conectar los municipios de Calamar y Miraflores.
Un tercer punto también en el municipio de San José del Guaviare (veredas San Jorge, San Antonio Alto, La Unión y El Chaumal) y en el municipio de La Macarena (vereda el Jordán), sobre todo en el área de influencia de la vía Marginal de la Selva.
La Marginal no es solo una muestra de esta tensión, también es uno de los símbolos de las promesas que casi todos los presidentes desde 1963, han prometido. En 2012 pareció materializarse con más fuerza, cuando el Gobierno Nacional, en cabeza de Invías, contrató al Consorcio Metrovías-Selva los diseños para trazarla.
Lo grave de la eventual construcción de la polémica Marginal de la Selva es el inmenso valor biológico que se perdería conla construcción de la carretera y la pérdida de conectividad entre los Andes, la Orinoquía y la Amazonía. Adicional a eso, habrá que ofrecer alternativas económicas para un número aún por determinar de personas que necesitan vías de acceso y un sustento estable y lícito. De acuerdo con Semana Sostenible, si esa conectividad se pierde, las poblaciones de animales y vegetales perderían diversidad genética, acelerando procesos como la reducción del número de especies. De paso, habría que evitar que ese punto se convierta en el abrebocas de una colonización desenfrenada en la puerta de entrada a la Amazonía.
De acuerdo con el diario El Tiempo, el Ministerio de Ambiente identificó 12 accesos terrestres ilegales y pistas aéreas clandestinas que amenazan la integridad de la región, de las cuales 6 están clasificadas como como tipo A (con poca población aledaña), tres como tipo B (con población aledaña) y 6 como tipo C, ubicadas en resguardos indígenas. Las tipo B requieren de una intervención para reubicar a las personas y entregarles un proyecto productivo como alternativa a la tala ilegal de «palos finos», a la minería o a la ganadería.