Un año después de que el Ministerio de Ambiente le solicitara a la Fiscalía investigar la deforestación al sur del país, la entidad ha abierto 90 procesos por delitos ambientales.
Han sido semanas intensas para el ministro de Ambiente, Luis Gilberto Murillo. Su admisión de que la meta de eliminar la deforestación neta para 2020 se quedó en promesa, el último reporte trimestral del Ideam y la todavía acuciante crisis por incendios en esa región al sur del país lo tienen contra las cuerdas.
De hecho, en el último Consejo de Ministros, que se celebró el pasado 6 de marzo en el Palacio de Nariño -y probablemente uno de las últimas reuniones del gabinete de Santos-, el tema central fue la deforestación. (Lo que está pasando en Amazonia es ilegal, inmoral e irracional)
Así se lo confirmó Murillo al periodista Yamid Amat, en el noticiero del Canal 1. Según el ministro, el tema central de la reunión fue sobre el funcionamiento de la Comisión Intersectorial de Control de la Deforestación, que se creó hace siete meses precisamente en una reunión de alto gobierno como la convocada el pasado martes.
Esta Comisión, integrada por representantes de seis entidades del Gobierno Nacional, sería la encargada de coordinar las acciones territoriales para frenar la deforestación en la porción colombiana de selva más biodiversa del planeta. “Trabajamos con Fiscalía y Fuerza Pública para las acciones judiciales”, dijo el ministro en la entrevista televisiva.
Este año ya han ardido miles de hectáreas en seis puntos de los departamentos de la Amazonia colombiana, pero el número de capturas apenas asciende hasta cinco personas, que encontraron talando bosque de forma ilegal en la vereda Caño Mosco, en Guaviare. Y si bien ya son 90 las investigaciones abiertas en esa región por delitos ambientales relacionados con la deforestación, las caras detrás del problema todavía siguen difusas.
“Hay redes ilegales y criminales que hacen inversión en ciertas áreas con la expectativa de acaparar esas tierras. Está demostrado que el 85% de los incendios están asociados a alguna actividad del hombre”, señaló el ministro en la entrevista con Amat.
Además, el funcionario explicó que otra de las causas para este fenómeno tiene que ver con un asunto cultural, que en épocas pasadas, fue incluso promovido por el Estado Nacional. “Antes había una norma de que usted tenía que talar dos tercios de sus tierras para poder adjudicatario de esas tierras, para que lo reconocieran como tenedor legal”, dijo.
De esta forma, la temporada seca se aprovecha, históricamente, para correr la frontera agrícola y la ampliación de los frentes colonizadores. “Las comunidades talan y queman el bosque porque creen que si se hace alrededor de semana santa estos suelos quedan con nutrientes. Se trata de que sea más cercano al miércoles de ceniza, que se supone haría la quema más productiva”, dijo el ministro.
Ante la difícil situación ambiental, el gobierno ha tomado varias medidas como la instalación de un puesto de mando unificado en Guaviare, la prohibición del uso y entrada de ciertos tipos de motosierras en la región, así como la circulación y uso de aceite quemado.