Las partículas ultrafinas de aerosoles que se encuentran en el aire urbano contaminado pueden contribuir a tormentas más intensas en la selva amazónica
Según un estudio publicado esta semana en la revista Science Advances, las partículas menores de 50 nanómetros de diámetro que se encuentran en los aerosoles que contienen pinturas y otros químicos tienen una influencia sustancial en la formación de nubes en el Amazonas.
Cabe recordar que la Amazonía tiene un papel regulador del cambio climático global: es la mayor reserva de carbono del mundo, con 100.000 millones de toneladas de carbono almacenada. Desde 2006, con el Informe Stern (una publicación global que estudia el impacto económico del cambio climático) apuntó a esta región como una de las más amenazadas. Solo el río Amazonas aporta el 20% del agua dulce incorporada a los océanos de la Tierra, y la Cuenca amazónica alberga uno de cada tres árboles en el planeta.
De acuerdo con el portal Sci Dev, aunque desde hace tiempo se sabe que los aerosoles podrían tener un papel importante en la configuración de los patrones climáticos regionales, se pensó que las partículas ultrafinas eran demasiado pequeñas para afectar la formación de nubes. Esto ahora ha sido debatiado por el nuevo estudio, cuando menos en la Amazonía.
«Se pensó que estas diminutas partículas eran demasiado pequeñas para ayudar a la formación de gotas», dijio el meteorólogo Luiz Augusto Machado, del Centro de Pronóstico del Tiempo y Estudios Climáticos del Instituto Brasileño de Investigaciones Espaciales, y uno de los autores del estudio, a SciDev. «Ahora hemos verificado que su presencia es una de las razones por las cuales algunas tormentas se vuelven tan fuertes y producen tanta lluvia en la región amazónica».
Lérola de Castro Vasconcellos, químico del Laboratorio de Estudios de Química Atmosférica de la Universidad de Sao Paulo, le cuenta a SciDev.Net. que «este [estudio] cambia la forma en que se representarán las nubes en los modelos utilizados para el pronóstico del tiempo, así como la forma en que los investigadores entienden el funcionamiento de la lluvia tropical».
El equipo de investigación analizó la influencia de las partículas ultrafinas en los ciclos de nubes en la selva durante la temporada de lluvias de 2014, cuando no hubo incendios forestales y la única fuente de contaminación fue Manaus, la ciudad más grande del Amazonas.
Los dos millones de habitantes de la ciudad y 500,000 vehículos se suman a la contaminación liberada por las plantas termoeléctricas para producir una pluma que se mueve hacia las áreas circundantes a través de los patrones de viento.
Los investigadores utilizaron una estación terrestre para medir la concentración de aerosoles en la atmósfera y el movimiento vertical del aire, para calcular el tamaño de las gotas de nubes, la cantidad de lluvia y la velocidad con la que el vapor viaja desde la superficie de la tierra a las nubes.
La estación meteorológica se basó en la ciudad de Manacapuru, ubicada a 80 kilómetros de Manaus, que recibe tanto la contaminación transportada por el viento de Manaus como el aire puro del bosque.
Esta configuración permitió a los científicos examinar cómo la contaminación afecta los procesos atmosféricos en un entorno predominantemente preindustrial e identificar el efecto de las partículas en el ciclo de la nube.
Su análisis muestra que la condensación alrededor de partículas diminutas aumentaba significativamente la formación de nubes y calentaba el aire circundante, intensificando los llamados sistemas de nubes convectivas profundas que son responsables de provocar tormentas eléctricas en los trópicos amazónicos.
Él explica que la baja concentración de partículas grandes contribuye a altos niveles de vapor de agua y un aumento de la humedad relativa, creando las condiciones para que las partículas ultrafinas se transformen en gotas de nubes.
Aunque pequeñas, estas partículas son numerosas, por lo que pueden formar muchas pequeñas gotas sobre las cuales se condensa el exceso de vapor de agua, lo que hace que las corrientes ascendentes sean mucho más potentes: se aspira más aire caliente a las nubes, lo que significa más rayos y lluvia, explica Machado .
El estudio es parte de GoAmazon, un proyecto que reúne a 100 investigadores de Brasil, Estados Unidos y Alemania.
*Con información de SciDev.