En la división por países, Brasil lidera el ranking de los activistas asesinados por cuarta vez consecutiva, donde 29 personas murieron en 2014.

De los 116 defensores del medio ambiente asesinados en 2014 en todo el mundo, 38 -o un tercio del total- fueron muertos en áreas del bioma amazónico. de estos, sólo cuatro asesinatos no ocurrieron en lugares próximos a deforestaciones recientes. Los datos fueron obtenidos a partir del cruce de datos de un informe publicado por la ONG Global Witness con las informaciones de deforestación de la Amazonia de los últimos diez años publicadas en los mapas interactivos de InfoAmazonia.

Mapa de asesinatos de activistas ambientales en América Latina o haga clic aquí para ver en mayor tamaño

En la división por países, Brasil lideró el ranking de activistas asesinados por la cuarta vez consecutiva, donde 29 personas fueron muertas en 2014. Honduras, por otro lado, tuvo el mayor número proporcional de víctimas en comparación con su población total: fueron 12 defensores ejecutados. En todo el mundo, los indígenas representan el 40% de los muertos.

Según el informe, todos los casos verificados están relacionados a disputas por tierra que pueden tener que ver con corte de madera, agronegocios, minería y agua o represas hídricas.

La ONG resalta, sin embargo, que un número bajo de muertes no necesariamente indica la ausencia de riesgos en determinados países: «Esto puede suceder debido a la presencia limitada de la sociedad civil organizada y de otros grupos locales monitoreando la situación de los activistas». Ejemplos son China, Asia central y Medio Oriente, locales donde el estudio cita dificultades en el acceso a los datos, como restricciones a la prensa, violencia política y conflictos mayores que hacen difícil la identificación de casos específicos por motivaciones ambientales.

 

 

El estudio de Global Witness encontró casos de asesinatos de activistas por el medio ambiente y por la tierra en 17 países diferentes, usando como base informaciones brindadas por organizaciones locales con actuaciones en las causas. En Brasil, los datos son de la Comisión Pastoral de la Tierra (CPT), que monitora hace treinta años las violaciones de derechos humanos en el campo.

El informe conceptualiza a los activistas ambientales como defensores de los derechos humanos que también trabajaban con «derechos que más recientemente pasaron a recibir reconocimiento formal, como el derecho a un medio ambiente saludable y el derecho a la autodeterminación de los pueblos indígenas». «Su trabajo también contribuye con objetivos ambientales y sociales más amplios, como combatir el cambio climático y mantener la biodiversidad y otros recursos naturales para las generaciones futuras», explica.

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