Investigadores brasileños indagaron en las causas de la muerte de más de 400 monos para saber de dónde proviene el virus de fiebre amarilla más grave que ha enfrentado Brasil en los últimos 40 años. El estudio fue publicado en Scientific Reports.

A finales de 2016, Brasil enfrentó el peor brote de fiebre amarilla en las últimas décadas, principalmente en las regiones rurales del sureste de ese país.  Desde finales de 2016 hasta mayo de 2017, Brasil experimentó el peor brote de fiebre amarilla en las últimas décadas, con 792 casos humanos confirmados y 274 muertes. Los casos han llegado a las ciudades de Rio de Janeiro São Paulo.

¿De dónde salió el virus y cómo se propagó? Investigadores del Instituto Adolfo Lutz (IAL) y la Universidad de São Paulo (USP) lograron determinar el origen del virus responsable de la epidemia de fiebre amarilla más importante en los últimos 40 años. Los resultados fueron publicados en la revista científica Scientific Reports.

A finales del siglo XX y durante la primera década del siglo XXI, la circulación del virus se extendió desde la región amazónica a los estados adyacentes de Goiás y Mato Grosso do Sul (Brasil central). A través de un estudio molecular del virus de la fiebre amarilla hallado en monos muertos y en mosquitos, lo investigadores identificaron que el virus se gestó por primera vez en 1980 en el estado de Pará, y eventualmente llegó al resto de Brasil, Panamá, Colombia, Ecuador, Venezuela y Trinidad, y SA genotipo II, que incluía virus recuperados principalmente de Perú.

De acuerdo con el Ministerio de Salud de Brasil, entre 1980 y 2004 se confirmaron 662 casos de fiebre amarilla en el país, que resultaron en 339 defunciones. Es decir que, durante los últimos tres años, la enfermedad ya ha afectado a cuatro veces más personas y ha causado el doble de muertes.

Infección en monos

Según la Agencia Fapesp, uno de los problemas para detener la propagación de la fiebre amarilla son los monos infectados por los mismos mosquitos que infectan a los humanos. Desde 2016 se estudiaron 10.000 monos en bosques y parques, y se identificó el virus en 3.403. Los monos eran aulladores, capuchinos y titíes. “Se estima que más del 90% de los monos muertos corresponde a carayás. Esta especie es sumamente susceptible a la fiebre amarilla”, dijo Ester Sabino, directora del IMT-USP, a FAPESP. Los investigadores cuentan que mandas de más de 80 monos fueron diezmadas por el virus.

El virus de la fiebre amarilla se transmite a huéspedes susceptibles (humanos o primates no humanos) por la picadura de mosquitos infectados, y se considera endémico en partes de África y América del Sur, incluido Brasil. Debido a la variedad de síntomas clínicos que causa la infección de fiebre amarilla, se cree que la incidencia real de la infección por YFV es de 10 a 50 veces mayor que en los informes oficiales.

El virus se transmite entre los mosquitos de los géneros Haemagogus y Sabethes para el caso de los monos, y para los humanos, es el mosquito Aedes aegypti. A pesar de las campañas de vacunación y esfuerzos para erradicar el virus, en los últimos veinte años, la fiebre amarilla se ha esparcido más allá de la región amazónica, y finalmente en 2016, adquitió nuevas proporciones cuando llegó al Bosque Atlántico y a las ciudades.

Los investigadores tomaron muestras de tejidos de cerebros, hígados y bazos de monos muertos presuntamente por la fiebre amarilla, que estaban registrados en el sistema de monitoreo del Ministerio de Salud brasilero. El análisis de 430 monos muertos descartó la presencia del virus en la mayoría de los casos, pero lo encontraron en 67 monos y así llegaron a conclusiones interesantes: los monos capuchinos son especialmente sensibles, mientras que los titíes son resistentes. Para el caso de los monos aulladores es una muerte segura.

Los investigadores identificaron la presencia de monos infectados en Sao Paulo en 2016, a la par que el virus de la fiebre amarilla avanzaba en humanos. El mono era tití, supuestamente resistente al virus. ¿Cómo se esparció a los humanos? “El animal entró en contacto con al patógeno al ser picado por un mosquito, pero terminó muriéndose por otras causas. Nuestra duda reside en saber si, pese a ser resistentes, los titíes no podrían estar haciendo las veces de reservorios naturales del virus”, dijo Sequetin Cunha a la agencia FAPESP.

Aislaron el virus en cada una de las 67 muertes de monos por fiebre amarilla que estaban confirmados, y secuenciaron sus genomas para compararlos con brotes anteriores, entre 1980 y 2015. Así concluyeron que el virus comenzó hace cuarenta años en Venezuela y los estados brasileños de Roraima y Pará, y se propagó desde la región norte de Brasil a través de un largo ciclo silvestre continuo de mosquitos y monos.

*Infoamazonia es una alianza periodistica entre Amazon Conservation Team, Dejusticia y El Espectador. 

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