Rosalba Castilla. Guainía

“Vengo del Guainía, de la Comunidad de Coco Viejo, cerquita de Puerto Inírida. El resguardo tiene 5 comunidades, y en Coco Viejo somos solo 1 familia de 30 personas. Mi familia. Mi abuelo venía del alto Guainía, de la selva. Murieron él y mi abuela y aquí quedamos, y de estas artesanías vivimos mis 6 hijos y 4 nietos. Cuando llegan los turistas o los que trabajan en Puerto Inírida, nos compran, sobre todo en diciembre, que para llevarles a las familias. Soy de la etnia curripaco.

En mi comunidad que es Coco Viejo, trabajamos lo que es la cerámica y la palma. El barro blanco lo sacamos de los caños y el barro negro lo sacamos de los bordes del río Inírida. Cada una se demora como 1 día en hacer, pero toca pulirlo y eso se demora como 8 días. Como tenemos poca leña y hacer mucha quema es malo, esperamos a tener unas 30 o 40 piezas moldeadas y las metemos al horno para hacer una sola quema.

La palma que trabajamos se llama chiqui chiqui, que crece y bota una cabellera larga que crece rápido, y entonces nosotros cortamos, pero no la palma, solo la cabellera que es una fibra muy fuerte. Nos subimos a una escalera para sacarle los pelos y así cuidamos la selva para que podamos seguir sembrando yuca para el casabe*. Comemos también el pescado, la comida que se llama el ajicero, la manaca, el ceje (una palma que es como chocolate y que se toma con mandioca y almidón) y asaí , que se da mucho por Guainía. Por dentro la artesanía lo que tiene es cumare, solo la fibra.

¿Talar? Yo sí he visto talar mucho. Lo que pasa es que el palo sangre, que es una madera con la que hacemos las artesanías, solo lo cogemos cuando está tumbado, caído hace muchos años. Además nos llevamos poquito porque es muy muy pesado. Para las chagras tumbamos poquito para sembrar yuca, maíz, plátano y así, en cambio los ganaderos tumban y tumban lo que sea, no de a pedacitos, sino por mucha cantidad. No les duele, pueden tumbar de hasta 100 hectáreas.

Por aquí llegó el RAMSAR* y la CDA (Corporación para el Desarrollo Sostenible del Norte y el Oriente Amazónico) a prohibir que se talara y se tumbara madera, y está bien para los que tumban mal pero nosotros no estamos acostumbrados a que nos prohíban usar la madera para construir casas, por ejemplo.

*Un humedal RAMSAR es un sitio declarado “importancia internacional” bajo la convención Ramsar, un tratado establecido en 1971 por la Unesco para la conservación de humedales. En 2014, la estrella fluvial del Inírida (en donde confluyen el río Guaviare, el Atabapo y el Inírida, que al fundirse dan origen al gran Río Orinoco, uno de los más largos del continente y el tercero más caudaloso del mundo– fue declarada sitio RAMSAR por el presidente Juan Manuel Santos y el Ministerio de Ambiente. Esto significa que es un sitio de interés y conservación internacional, sobre todo porque allí habita el 34% de la biodiversidad de Colombia. Para declararlo se requirieron 10 años de consultas previas con las comunidades Puinave y Curripaco, que aceptaron la decisión. Sin embargo, aún hay desacuerdos internos sobre cómo se manejarán los recursos naturales disponibles, como contó Rosalba.

**En 2016, las selvas del Guainía perdieron un área de bosque de 2.752 hectáreas, según el Ideam. El equivalente a la isla de San Andrés. “En la Amazonia colombiana, el Ideam ha identificado que las principales causas de la deforestación son la praderización, la ganadería, los cultivos de uso ilícito y la expansión de la infraestructura vial. Sin embargo, en este momento la entidad no cuenta con estudios de causas y agentes de deforestación específicos para Guainía”, aseguró Ederson Cabrera, coordinador del Sistema de Monitoreo de Bosques y Carbono del IDEAM, en una entrevista a Semana Sostenible.

 

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