El año 2002 eran 27 los hombres que cuidaban el parque. Esta cifra, según expertos en el área, es muy baja porque afecta en el cuidado de las riquezas que existen en este bosque de más de 600.000 hectáreas.

No hay ser humano que pueda controlar a pie o en moto 50.000 hectáreas de bosque, pero en el Parque Amboró de Santa Cruz por lo menos se lo intenta, aún sabiendo que se trata de una guerra perdida.

En el parque nacional Amboró, que es una de las 15 áreas administradas por el Servicio Nacional de Áreas Protegidas, (Sernap), que depende del Gobierno nacional, los guardaparques están en peligro de extinción.

De los 27 que tenía esta reserva el año 2002, ahora solo quedan 12. Eso, para un territorio de 632.000 hectáreas, es tremendamente poco, porque cada uno termina llevando en sus espaldas el cuidado y la vigilancia de por lo menos 50.000 hectáreas.

Esta situación ha puesto en alarma a las autoridades de la Gobernación del departamento que tienen la labor de velar por el bienestar de los recursos naturales, como Luis Alberto Alpire, secretario de Desarrollo Productivo, Cinthia Asín, secretaria de Desarrollo Sostenible y Medio Ambiente y Juan Carlos Añez, director de Áreas Protegidas, quienes están enterados de esta situación que fue confirmada por Danir Vaca, actual director del Parque Amboró.

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