Durante el Sínodo amazónico indígenas, científicos y obispos han formulado varias ideas para que el catolicismo contribuya a proteger a esta región. Rescatamos algunas iniciativas.

 

Por Helena Calle, enviada especial a Roma. (@helenanodepatio)

La bulla de los 40.000 turistas que atestan la Plaza de San Pedro, en el Vaticano, no aplaca el graznido de las bandadas de estorninos que surcan el cielo a las seis de la tarde y que marcan la llegada del otoño a Roma. Linda imagen. “Ver la naturaleza es como ver a Dios, es un espectáculo, y en la contemplación de la exuberancia de la Amazonia veo a Dios”, dijo Gilberto Vizcarra, vicario apostólico de Perú, en una de las ruedas de prensa que organiza el Vaticano todos los días, para divulgar información sobre el Sínodo de la Amazonia, que comenzó el pasado 6 de octubre. Sus palabras son inspiradoras, pero no explican mucho sobre lo que está sucediendo dentro del Sínodo. Más o menos de ese corte (poético, pero poco informativo) han sido las informaciones oficiales sobre el evento que desde hace tres semanas reúne a 184 obispos de todo el mundo y una decena de representantes indígenas –a puerta cerrada– para discutir el futuro de la Iglesia Católica en la Amazonia, y por primera vez, “hablar y oírse libremente”.

Por primera vez, los amazónicos (y no los europeos) llegan a tierra ajena con un mensaje: ayúdenos a salvar el “pulmón del mundo”. Algunos indígenas que no están invitados a las conversaciones en la impenetrable Ciudad del Vaticano se pasean por la Vía de la Conciliación, al pie de la Basílica de San Pedro, con plumajes y collares tradicionales, exponiendo fotos de los efectos de la minería en el departamento amazónico de Madre de Dios (Perú) o de las hidroeléctricas en Mina Gerais (Brasil). Otros usan camisas con el lema “Los derechos indígenas son derechos humanos” o “I ♥ Roma”. No se sabe a ciencia cierta qué incluirá el documento que recogerá los diálogos interculturales y que, según el mismo Papa, serán la materialización de su Encíclica Laudato Sí. Aunque el documento final será presentado por Francisco hasta el sábado, ya hay algunas propuestas que han puesto sobre la mesa representantes de los pueblos indígenas amazónicos, obispos, científicos y legisladores internacionales para salvar la Amazonia y atender la “crisis planetaria”. Entre ellas hay seis que aún están en discusión y que podrían darle el “rostro amazónico” que quiere ponerse la Iglesia Católica para renovar su imagen y convertirse en aliada de los pueblos indígenas y de la lucha global contra el cambio climático:

1. Que el Vaticano deje de invertir en industrias extractivas

Patricia Gualinga, líder indígena kichwa de Sarayaku, en la Amazonia ecuatoriana, ha sido una de las abanderadas de esta propuesta. “Habría que entrar a ver cuánto del Banco Vaticano está invertido en industrias extractivas que lastiman nuestra Amazonia. No tengo una cifra estimada pero hasta ahora hemos logrado que 130 instituciones eclesiales, entre universidades y diócesis y demás, dejen de invertir en combustibles fósiles. Yo creo que lo que incomoda es que estamos tocando un punto molesto: el de la comodidad. Hay instituciones que están violentando los derechos humanos pero eso no les importa, solo el dinero”, expresó Gualinga en una reunión de prensa en la casa jesuita de El Vaticano.

En junio de 2015, la Universidad Jesuita de Georgetown (Estados Unidos) se convirtió en la segunda universidad católica después de Dayton en retirar sus inversiones de compañías cuyo interés principal es la minería del carbón. También hay campañas de desinversión organizadas por estudiantes en varios campus de la Universidad Católica, incluidos Boston College y Fordham University.

“La raíz del problema ecológico está en la desigualdad. Si 26 familias concentran tanto dinero como el 50 % de la población hay algo más. Cuando estás sirviendo al dinero o a un poder temporal defiendes ese interés y no el de la gente”, dijo Mauricio López, Secretario Ejecutivo de la Red Eclesiástica Panamazónica (REPAM).

«Sabemos que la tecnología basada en el uso de combustibles fósiles altamente contaminantes, especialmente carbón, pero también petróleo y, en menor grado, gas, necesita ser reemplazada progresivamente sin demora», dice el Laudato Sí.

2. Que se evangelice en la Amazonia, pero sin afectar las culturas milenarias indígenas

Una de las grandes preguntas del Sínodo tiene que ver con la evangelización en la Amazonia. “De alguna manera tenemos un líder espiritual, como el Papa, que captó muy bien las necesidades de los pueblos amazónicos. Hemos pedido a la Iglesia que sea aliada de los indígenas para proteger y cuidar nuestras culturas. El 80 % de los bosques conservados de la Amazonia están en territorio indígena y es gracias a la preservación de nuestras culturas”, dijo Gualinga, quien habló de una evangelización que no imponga verdades espirituales, sino que se use para exhibir el mensaje del cuidado de la naturaleza.

“En América Latina hay muchos católicos en las ciudades. Podrían comenzar con misas que tengan un componente amazónico, por ejemplo. Sabemos que hubo Inquisición y muerte entre ellos y nosotros por cuenta de la evangelización. No podemos borrar el pasado, pero tampoco quedarnos estancados ahí”, agregó.

3. Ordenar a hombres casados para que hagan misa en lugares remotos

“La pregunta es qué quiere Dios que hagamos por la Amazonia. Ahí ha salido la propuesta de ordenar hombres casados líderes de su comunidad para que puedan darle la eucaristía a quienes son creyentes pero que no cuentan con sacerdotes en su comunidad. No es lo fundamental pero sí se está discutiendo”, dijo el Cardenal Pedro Barreto, arzobispo de Huancayo (Perú) y vicepresidente de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM). Por ejemplo, en cerca de 100.000 comunidades católicas de base que existen en Brasil, en más de 60.000 no se celebra la misa al menos una vez por semana debido a la falta de sacerdotes. Esta propuesta ha encontrado contradictores porque supondría repensar el celibato. En el siglo XI, los sacerdotes no podían casarse y, si se habían casado antes de sus ordenaciones, se les amonestaba a no tener relaciones con sus esposas.

La propuesta coincide con que, por primera vez en los casi 500 años de historia del catolicismo en la Amazonia, hay menos católicos que otras religiones. Por ejemplo, Por primera vez en la historia, los cristianos evangélicos superan por un punto porcentual (46% al 45%) a los católicos en la región del norte amazónico del Brasil.

4. Que se establezca un Panel Científico Amazónico

El 15 de octubre, cuarenta cientíticos hicieron una propuesta ante el Sínodo amazónico, con base al informe científico sobre la degradación de la Amazonia que habían entregado a El Vaticano el 30 de septiembre. Señalaron que la Amazonia es casa de 35 millones de personas, que de su funcionamiento depende el 70 % del agua de Suramérica y que se calcula que el bosque amazónico almacena unos 100 mil millones de toneladas de Co2 (el equivalente a una década de emisiones globales).

Hicieron un llamado para detener inmediatamente la deforestación y el saqueo de recursos naturales, y para crear un Panel Científico Amazónico que para 2020 tenga listo con recomendaciones sobre nuevos negocios agrícolas, ecoturísticos y mineros responsables con el medio ambiente. También hace énfasis en el respeto de las comunidades amazónicas y dice que para lograr sostener una ciencia que impulse la conservación de la Amazonia hay que invertir en educación científica (doctorados, maestrías y demás) y que son los países más ricos quienes deben financiarlo.

El economista Jeffrey Sachs de la Universidad de Columbia también pidió a los obispos un plan global común para el bosque y las personas que viven allí. Propuso una mayor inversión por parte de los países del mundo para preservar los bosques amazónicos, la creación de un panel científico internacional y la acción de los gobiernos para frenar la deforestación.

La propuesta, según el National Catholic Reporter, podría entrar en conflicto con las expectativas de los pueblos indígenas a menos que se incluyan en la toma de decisiones, aunque en esta ocasión, ni científicos ni indígenas tienen voto, solo voz.

5. Que las mujeres tengan más participación en las decisiones de la Iglesia.

En los nueve países amazónicos hay 968 congregaciones eclesiásticas, de las cuales 663 son femeninas. Pero la participación de las mujeres en la toma de decisiones de la Iglesia es muy baja. De hecho, en el Sínodo hay apenas 39 mujeres participantes. “La mujer amazónica tiene contacto con la naturaleza, conocimiento sobre plantas medicinales, ella maneja el bosque. Creo que ningún sínodo de obispos había tenido mujeres que se le hablaran así de fuerte y les denunciaran su estructura patriarcal”, dijo Gualinga.

Las mujeres tienen el 60 % de la presencia eclesial en la Amazonia pero solo el 30 % del poder de decisión dentro de la iglesia. Sin embargo, la propuesta de hacer un Ministerio de Mujeres ha levantado callos.

6. Que la Iglesia sea una “voz ética global” (a través del Papa)

“La Iglesia siempre ha estado presente con sus luces y sus sombras, pero en este momento que estamos en una absoluta crisis planetaria, la Iglesia está llamada a ser una voz ética global. No es una opción fácil. Y lo que están viviendo en estos días es parte de esta transición, donde algunos no quieren que la Iglesia tome parte sobre la urgencia climática y la emergencia en violación de derechos humanos. Pero es una obligación ética”, explica Mauricio López.

El Cardenal Barreto agregó una anécdota: en junio del año pasado, varios embajadores de países amazónicos se reunieron en El Vaticano porque estaban preocupados porque el Sínodo no los convocaba, siendo ellos quienes tomaban decisiones financieras sobre la región. “Les dijimos que no era para políticos, sino de obispos. El cuidado de la Casa Común no puede estar a mercer de los gobiernos de turno, el cuidado de la naturaleza debe ser un imperativo ético”.

El Sínodo ha despertado rechazo en algunos sectores ultra conservadores del catolicismo. El pasado seis de octubre, alguien robó cinco estatuas talladas en madera que habían traído indígenas amazónicos, y que reposaban en la Iglesia Santa María Transpontina, y las lanzó al río Tíber.

Según DW, el cardenal alemán Walter Brandmuller, ex presidente del Comité Pontificio para las Ciencias Históricas, dijo que se trata de una “herejía” y criticó las “prácticas curativas indígenas” y “el diálogo con los espíritus”. En Colombia, por ejemplo, Voto Católico y otras nueve organizaciones piden que se rechace el documento “Hacia el Sínodo amazónico” –que reunió las propuestas que llevó Colombia a El Vaticano–. “En el documento niegan varias verdades de Fe, y pretenden que en el próximo Sínodo de la Amazonia la Iglesia abandone la Fe Católica para cambiarla por una versión posmoderna de la Teología de la Liberación”. La propuesta en Change.org tiene apenas 112 firmas.

“No sabemos cuántos son los que se oponen a este cambio. Pero no queremos que la iglesia sea más un monumento inamovible ante la urgencia climática del mundo”, concluye el Cardenal Barreto.

*Infoamazonia es una alianza periodística entre Amazon Conservation Team, Dejusticia y El Espectador.

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