Un decreto publicado en el diario oficial peruano que permite la explotación de recursos naturales bajo declaración de «necesidad pública» preocupa a las ONG peruanas. Dicen que pone en peligro las reservas territoriales de grupos indígenas en aislamiento voluntario.

Con información de EFE

La Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH) de Perú y la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep), la mayor federación de indígenas del país, advirtieron hoy que un decreto del Gobierno pone en riesgo a pueblos indígenas aislados o en contacto inicial (PIACI) de la Amazonía.

El decreto se publicó el 12 de agosto en el diario oficial El Peruano, y a grandes rasgos, lo que permite es la explotación de recursos naturales, bajo la declaración de «necesidad pública», dentro de las reservas territoriales establecidas para estos grupos indígenas que prefieren vivir al margen de la sociedad contemporánea. Los llamados pueblos en aislamiento voluntario, un fenómeno exclusivamente amazónico. Solo en Perú se calcula que pueden vivir 5.000 individuos bajo este modo de vida. (Proteger a los indígenas aislados, una carrera contra el tiempo)

Según las dos organizaciones, la norma es inconstitucional y vulnera la Declaración de las Naciones Unidas sobre derechos de los pueblos indígenas, la Convención Americana de Derechos Humanos, y el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Tanto la CNDDHH como Aidesep defendieron el absoluto carácter intangible de las reservas territoriales indígenas y conminaron al Estado, y especialmente al Ministerio de Cultura, a protegerlas frente a intereses económicos.

Recordaron que los pueblos indígenas en aislamiento voluntario o en contacto inicial son poblaciones de extrema vulnerabilidad por la recurrencia de enfermedades infectocontagiosas, anemia, desnutrición y pérdida territorial, así como por el abandono del Estado.

Perú tiene establecidas cinco reservas territoriales indígenas cerca a su frontera con Brasil, cuya extensión en su conjunto es de 2,8 millones de hectáreas de selva amazónica, donde viven al menos quince etnias indígenas en aislamiento voluntario, contacto inicial o no contactados, entre ellos algunos grupos todavía no detectados.

Allí están pueblos como los Mashco-Piro y los Mastanahua, entre otros. Muchas son tribus nómadas que caminan grandes extensiones de selva para recolectar frutos y cazar animales con los que se alimentan, y cuyas costumbres y tradiciones apenas han variado a lo largo de años. Como acto de resistencia en toda la Amazonía, los pueblos en aislamiento voluntario se retrajeron en la selva para evitar el contacto con los blancos e indígenas al ver los estragos del avance del colonialismo en la selva. O al menos esas son las aproximaciones de los teóricos más expertos en estos grupos indígenas.

Estos grupos nativos pueden ser hostiles ante un eventual encuentro con ellos, como cuando en 2015 mataron a un hombre de un flechazo durante una incursión a una comunidad de indígenas insertados en la sociedad para acopiarse de frutos y otros alimentos. (Indígenas piden respetar el derecho a redefinir sus territorios)

Solo en la Reserva Territorial Kugapakori, Nahua, Nanti y Otros hay explotación de recursos naturales, pues antes de su declaración ya estaba instalado el proyecto gasífero de Camisea, la mayor reserva de gas del país.

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