Analiz Vergara, experta de la organización WWF a nivel regional, analiza el enorme desafío de proteger la selva a propósito de la decisión que tomó la Corte Suprema de Justicia: ‘Si no conservamos la Amazonía, perderemos la lucha contra el cambio climático’

 

Por Viviana Londoño*
Foto: Camilo Díaz (WWF)

¿Qué pasaría si siguen aumentando los niveles de deforestación? ¿Qué significa que la selva más grande del planeta esté cerca de un punto de no retorno? ¿Estamos a tiempo de mantener la Amazonía como la conocemos hoy? Analiz Vergara, representante de la Unidad de Coordinación Amazónica de WWF a nivel regional da las pistas para entender el enorme desafío al que nos enfrentamos, justo cuando la Corte Suprema de Justicia acaba de emitir una sentencia que obliga a proteger la Amazonía Colombiana.

Analiz Vergara fue una de las participantes del primer Encuentro Regional de Programas y Proyectos del Bioma Amazónico realizado recientemente en Bogotá y en el que participaron más de 60 representantes de 37 iniciativas que trabajan para conservar este ecosistema. En el encuentro, liderado por el proyecto Integración de las Áreas Protegidas del Bioma Amazónico (IAPA), con el financiamiento de la Unión Europea, compartieron sus experiencias iniciativas de Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Guyana Francesa y Perú.

¿Por qué la Amazonia es clave en la lucha contra el cambio climático?

En sencillo, si no conservamos la Amazonía, perderemos la lucha contra el cambio climático. La Amazonía tiene una de las reservas de carbono más grandes de todo el planeta y si esas reservan se perdieran debido a la tala de los árboles, se liberarían millones de toneladas de gases efecto invernadero que harían que el cambio climático sea mucho peor de lo que se ha pronosticado.

¿Qué tan cierto es que la Amazonia funciona como un aire acondicionado para la región, o incluso para el mundo?

Así es. La Amazonia tiene un rol primordial en la regulación del clima regional, porque recicla su propia agua, genera su propia humedad y permite que se puedan tener condiciones de clima apropiadas en Suramérica, aun en los sitios que están fuera de la Amazonía como las capitales de los países andinos y Argentina y Chile.  Perder la Amazonía implicaría para Suramérica un cambio o una interrupción en el ciclo hidrológico natural que podrá llevarnos a sequías inesperadas y de grandes magnitudes en otras partes del continente.

Y en cuanto a los efectos del cambio climático, ¿qué tanto afectarían la Amazonia?

Los pronósticos indican que la temperatura podría subir hasta cuatro grados a finales del siglo dependiendo de las emisiones y las acciones que tomemos los países. Esta cifra sería manteniendo la Amazonía conservada. De lo contrario, la temperatura podría ser aún mayor, así como los eventos extremos y las emergencias climáticas, entre otros. Que los bosques se destruyan nos lleva a escenarios más pesimistas del cambio climático para el futuro.

¿Qué tan cierto es el punto de no retorno para la Amazonía que han advertido varios investigadores?

En los últimos 50 años se ha deforestado alrededor de un 17% de todo el bioma y lo que algunos investigadores han descubierto es que, si esta deforestación sigue aumentando hasta un 20 a 25% del bioma, podríamos llegar a un punto de no retorno en el que la Amazonía podría convertirse en una sabana y nunca volvería a ser como la conocemos actualmente.

Hay estudios que indican que hace 20 mil años la Amazonía experimentó condiciones de sequía como las que va a experimentar este siglo por el cambio climático, y aun así logró recuperarse porque estaba bien conservada y tenía una alta biodiversidad. Si permitimos que la deforestación siga aumentando más allá de este límite, quizás no va a estar lo suficientemente conservada y no va a tener la biodiversidad para recuperarse de estos impactos con el tiempo. Este un llamado de alerta para que sepamos que es urgente salvar la amazonia.

¿Cómo evitar llegar al punto de no retorno?

La mayor esperanza es que se declare la meta de deforestación neta cero al 2020 a nivel regional. La deforestación neta cero no implica que dejen de talar en todas partes, sino que la cantidad y la calidad de bosque se mantenga. Si en un lugar se tala porque los medios de vida lo requieren, entonces se debe aumentar el bosque en otro lugar, pero sin perder su calidad en términos de biodiversidad.

¿Cuáles son los principales motores de deforestación en el bioma amazónico?

La deforestación está ligada a varios factores: el desarrollo de infraestructura que incluye carreteras, hidrovias, hidroeléctricas, el desarrollo de industrias extractivas como la minería y el petróleo, y a la expansión de la agricultura, entre otros. Si lográramos influir en que los inversionistas de estas industrias para que lo hagan solo en actividades sostenibles, estaríamos atacando el problema desde la raíz, es difícil lograrlo, pero se puede hacer.

En Colombia otro de los motores son los incendios…

Colombia no es el único lugar donde están sucediendo estos incendios, pasa lo mismo en todo el bioma, y en algunos países en mayor escala como Brasil. No es un caso aislado, es un reto a nivel regional que debemos enfrentar coordinadamente. Es importante que entendamos que la deforestación junto con el cambio climático y los fuegos son las tres amenazas más importantes que están actuando sinérgicamente para llevarnos a este punto de no retorno.

¿Qué tan importantes es que los países y las iniciativas trabajen de la mano?

El trabajo conjunto es fundamental porque cada país tiene una pieza del rompecabezas amazónico y si una pieza falla, todo falla. La Amazonía opera como un conjunto, es un sistema indivisible en el que no podemos pretender salvar una parte sin conservar lo demás. Aunque no es fácil que ocho países más un territorio de ultramar coordinen sus acciones, es necesario si queremos conservar la Amazonía. En este momento hay muchos acuerdos y declaraciones que reconocen esa necesidad de actuar en conjunto, pero es necesario un poco más de fuerza en la implementación.

¿Y qué papel juegan las comunidades indígenas que habitan la Amazonía?

Los territorios de las comunidades indígenas ocupan casi un 30% del bioma amazónico y hay estudios que demuestran que en algunos casos tiene menos deforestación que las áreas protegidas. Los guardianes de los bosques viven ahí. Han cobrado mucha relevancia, y a nivel internacional se reconoce que tienen un rol indispensable en detener el cambio climático a través de sus territorios y de sus conocimientos ancestrales. Son actores claves en este debate, no podemos hablar de salvar a la Amazonía sin los pueblos indígenas.

¿Por qué son claves las áreas protegidas amazónicas?

Las áreas protegidas amazónicas son algo así como los cimientos de la infraestructura verde que sostiene la Amazonía, además son soluciones naturales frente al cambio climático. Son los lugares que tienen una mayor garantía a nivel legal de permanecer en el tiempo, conservando la naturaleza que hay en ellos. Entonces no podemos perderlas, por el contrario, debemos consolidarlas y permitir que sean instrumentos un poco más flexibles que se articulen con otras formas de conservación como son los territorios indígenas, las reservas de la sociedad civil, etc.

¿Qué papel tiene el resto del mundo?

El resto del mundo depende de la Amazonía y por ende deberían colaborar con su conservación. Muchos países ya lo hacen a través de financiamiento y deberíamos pensar en una mayor colaboración sur – sur. La mayoría de países que financian la conservación de la Amazonia están en el norte, pero por qué no hacer intercambios, por ejemplo, con África, con la cuenca Congo, que es un lugar similar.

Cada vez hay más organizaciones trabajando por conservar la Amazonia y se están generando nuevas fuentes de Información. ¿Cómo hacer más efectivos estos esfuerzos?

El reto es dejar de lado los intereses institucionales para evitar duplicar esfuerzos y apoyar a esas organizaciones como la REDPARQUES, que son líderes en la generación de información en lugar de crear nuevas cosas que realmente no llegan a su objetivo. Creo que si nos ponemos de acuerdo como sociedad civil en generar cierta información clave podríamos ahorrarnos muchos recursos y llegar fácilmente a los tomadores de decisión. Ya se están dando pasos en este sentido, y un ejemplo de ello es la reunión que acabamos de tener en Bogotá a través del proyecto IAPA, en donde se identificó la necesidad de compartir la información y usarla de manera conjunta.

¿Qué le contesta a quienes creen que todo está perdido en la Amazonía?

Que no es cierto. La Amazonía está en riesgo y este es un llamado de atención. Sin embargo, si cambiamos nuestros modelos de desarrollo estamos a tiempo de salvarla. Tenemos la ventaja de que la mitad de la Amazonia esa en territorios indígenas y áreas protegidas y si seguimos invirtiendo en la protección de estos lugares, tenemos la oportunidad de que la Amazonía sea lo bastante resiliente para los cambios que se vienen.

*Ex periodista ambiental de El Espectador. Encargada de comunicaciones de WWF para la Amazonía. 

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