Luz Meyi Patiño. Amazonas

“Soy del pueblo Murui Muina, lo que llamaban uitoto. En la Amazonía hay una hormiga grande que se llama uidodo que es muy carnívoras, y como nosotros también éramos, pero éramos, nos empezaron a decir así, pero somos Murui Muina.

Nos tocó un desplazamiento en 1995 y estamos en la cabecera municipal, sin territorio. Llegando al contexto de ciudad nos ha tocado luchar la supervivencia. La mayoría somos madres cabeza de hogar y vivimos de la artesanía, sin embargo hemos logrado que la chagra sea una galería, en donde obtenemos la yuca, y vamos haciendo el cambio con los que están en el territorio para que la variedad de yuca no se pierda, porque nosotros comemos 3 variedades. Eso lo vendemos dentro de la misma ciudad.

La mayoría de nuestros hijos creció en el contexto de ciudad, han ido a colegios públicos, y así vamos perdiendo la lengua materna: con esta nueva generación que ha crecido en la ciudad. Ya hoy en día, a través de la Defensoría, hemos hecho la declaración colectiva para decir que eso del desplazamiento es nuestro territorio, y que la colonización ha sido parte de lo que nos ha desplazado. Ese conflicto de la colonización nos tocó también, no solo los grupos al margen de la ley.

Yo nací en Puerto Santander, Amazonas, justo al frente de Araracuara. Ver que no solamente se mira la Amazonía en contexto de ir a conocer, sino de ir a talar. Se supone que hay unas instituciones que dan permisos de Corpoamazonia pero son de mentiras, falsos. Una de nuestras metas es la ganadería se tecnifique, no para que no lo hagan, si no que no deforesten porque no es la vivencia de nosotros los amazónicos. Nos interesa el aire, las fuentes hídricas. Eso.

Cuando sufrí mi desplazamiento estaba trabajando en una comunidad, como docente, y por no dejar que se llevaran a los estudiantes pues salimos muchos, pero de a poquitos. Eso se dio a partir de los noventa, que empezaron los margen de ley a bajarse por el río.

Algunos cabildos tienen pequeñas huertas dentro, pero chagras no. Los que nosotros queremos es una reparación colectiva que no es una realidad todavía, pero idealmente nos ayudaría a empezar de cero, a tener un terreno porque somos reforestadores los indígenas. Una finca de las que están abandonas la podríamos recuperar, darle vida otra vez, de eso comer.

Le digo esta artesanía de ejemplo. Para la tela de estos diseños usábamos jgafej, que es un material sacado de la corteza de un árbol, pero en el contexto de ciudad nos ha tocado transformarlo, ahora le mandamos a hacer a la industria una tela parecida a la corteza, que es la llamada madre selva, una fibra similar.

Para tinturas, sacamos rojo del achiote, anaranjado de la pepa del aguacate, el negro de la corteza de mango, el verde de la planta de gdafe, y así mezclamos.

Hacíamos parecido antes de salir del territorio, pero se vivía del trueque, no de la venta, y el contexto de ciudad nos obliga a pagar gastos, recibos, arriendo. Por ejemplo antes llegábamos enteros a los 70 años, pero los viejos se están muriendo más rápido porque este contexto les cambia la alimentación, y lo nuevo tiene más químicos o es simplemente diferente”.

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*En los noventa, Luz Meyi sufrió un desplazamiento forzado y desde hace 3 años, persigue un proceso de reparación colectiva. La mejor propuesta, según ella, sería que le entregaran fincas bajo una figura de Resguardo y que las mujeres se pongan a reforestar.

Las FARC han sido el actor armado irregular con mayor presencia histórica en Putumayo y Caquetá. Desde los años ochenta, el frente 32, de mayor tradición, estuvo relacionado con la economía petrolera, la colonización y la economía de la coca. Según un informe de derechos humanos para los uitoto de Presidencia, las autodefensas llegaron a Putumayo y Caquetá en 1997 y se asentaron en Puerto Asís, Orito y La Hormiga, en los municipios con cultivos de coca y la zona petrolera del departamento. Según Acción Social, en un informe de Presidencia, 10.500 personas fueron desplazadas de manera individual de esa zona. Hicieron cálculos y de esas 773 eran indígenas, pero no saben de qué etnia “aunque se presume que son uitoto”.

El problema, según Luz Meyi, es que entre más tiempo se demore en llegar la reparación más jóvenes “pierden la cultura”, o en otras palabras, el conocimiento de cómo cultivar y proveerse de alimentos.

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