Con una campaña respaldada por varias organizaciones internacionales, los indígenas de la etnia Yanomani, de la Amazonía brasileña, buscan recolectar firmas para que el gobierno de ese país expulse a los mineros ilegales que han invadido su territorio y que están contribuyendo a la expansión del coronavirus.

Por EFE VERDE

Los indígenas de una de las etinas más afectadas en la Amazonía brasileña por la pandemia (la Yanomani) lanzaron una campaña mundial para que les ayuden a expulsar de su territorio miles de invasores que, a través de la minería ilegal, están acabando con la selva y con sus pueblos al propagar el COVID-19 en sus aldeas. (Lea Médicos afirman que el presidente Duque no les ha cumplido)

Estas comunidades buscan evitar que el 40 % de su población termine infectada por el coronavirus con las actividades que a diario realizan los casi 20.000 mineros ilegales identificados en sus territorios. Los  “garimpeiros”  es como los llaman.

La campaña, que se ha expandido en redes sociales con los hashtag #ForaGarimpo y #ForaCovid, busca conseguir 100.000 firmas para que el Gobierno de Jair Bolsonaro expulse a los extractivistas ilegales de su región y con ello se ponga freno a la propagación de la pandemia en su territorio, que desde hace tres décadas empezó a ser invadido por los “garimpeiros” (buscadores de oro).

En los siete años siguientes a la invasión esta tribu perdió una quinta parte de su población por culpa de la minería ilegal, una actividad avalada por el presidente de Brasil, el ultraderechista Jair Bolsonaro, quien busca legalizar esta labor para llevar el “progreso” a los territorios indígenas del país.

La tierra yanomami es la mayor reserva de los pueblos ancestrales de Brasil y cuenta con 9,6 millones de hectáreas repartidas entre los estados amazónicos de Roraima y Amazonas (norte del país).

Se calcula que allí hay unos 20.000 garimpeiros ilegales, actividad que, según las organizaciones ecologistas, han aumentado por la reducción de la fiscalización en la región y el discurso del presidente Bolsonaro.

Ahora el problema no solo se reduce a la minería ilegal, pues con los extractivistas ilegales llegó el COVID-19 a esos territorios, un virus que puede acabar con al menos 5.600 yanomanis y con miembros de varias comunidades ye’kwana que también viven en esos territorios, de acuerdo con un estudio de la organización Instituto Socioambiental (ISA).

El tema, que, según ISA pasó de ser “un problema histórico a convertirse en un asunto de salud pública”, prendió las alarmas de los indígenas yanomanis que, junto con otras etnias de la Amazonía brasileña, decidieron lanzar la campaña para salvar a sus pueblos.

Esta iniciativa, impulsada por el Foro de Líderes Yanomami y Ye’kwana, cuenta con el apoyo de otras organizaciones civiles y defensoras de los derechos indígenas y ambientales.

La Red de organizaciones indígenas de Brasil, la Coordinadora de organizaciones indígenas de la Amazonía Brasileña, el ISA, Survival International, Greenpeace Brasil, Conectas, Amnistía Internacional, la Red de Cooperación Amazónica, el Instituto Igarapé, la Rainforest Foundation US y la Rainforest Foundation Norway, componen el grupo de apoyo a la campaña.

En Brasil, el segundo país del mundo con más contagios, se han confirmado más de 1.100 indígenas infectados y cerca de medio centenar muertos por el COVID-19 tan solo en las zonas rurales del país, aunque la cifra de fallecidos asciende hasta 147 si son considerados los nativos que viven en áreas urbanas.

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