De acuerdo con Ricardo Lozano, jefe de esa cartera, en 2020 la tasa de deforestación bajará en 20% respecto a las proyecciones que ha hecho el Ideam. Según él, se trata de un proceso gradual que trabajará de la mano de las fuerzas militares.

Hoy, en horas de la tarde, la organización Dejusticia le entregará al Congreso de la República cerca de 80 mil firmas que ha reunido en las últimas semanas a través de una petición en la plataforma change.org. La idea, dice el texto de la solicitud, es pedirle a los senadores y representantes a la Cámara que cambien la meta de deforestación trazada en el Plan Nacional de Desarrollo (PND). A sus ojos, el texto permitirá que la tala ilegal se dispare en los próximos años. “En 2020 llegaría a más de 800.000 hectáreas”, advierten.

Ricardo Lozano, ministro de Ambiente, sabe que hoy la deforestación es uno de los problemas ambientales más graves que tiene el país y uno de sus mayores desafíos. Las últimas alertas emitidas por el Ideam muestran que continúa siendo una dificultad difícil de contener. Solo en 2017 el país perdió más de 219 mil hectáreas y es posible que los registros del 2018 se acerquen a las 260 mil hectáreas. Sin embargo, él cree que en torno a estas cifras y al texto del PND hay una lectura errónea que está creando confusión.

Para explicar sus razones, Lozano muestra una gráfica realizada por el Sistema de Monitoreo de Bosques del Ideam (ver abajo) . En ella hay una proyección con base a los datos de deforestación de los últimos años. Desde 2015, luego de la firma del Acuerdo de Paz con las FARC, la tala creció a un ritmo galopante. Si esa tendencia no se frena, advierte el Ministro, en 2019 la pérdida de bosques será cercana a las 300 mil hectáreas y en 2020 se aproximará a las 315 mil hectáreas.

Pero sus planes, dice, es cambiar la dirección que muestra el modelo. “Con la estrategia ambiciosa del Gobierno y con el Programa Nacional de Lucha contra la Deforestación, entre el que está Artemisa, vamos a lograr frenar y reducir esa tasa de crecimiento y transformarla en una tasa de reducción”, asegura.

Como lo muestra la gráfica, la idea es que entre este año y 2020 esa historia empiece a cambiar. En pocas palabras, la tendencia, que siempre ha sido de aumento, empezará a ser de reducción. Si todo sale como está planeado y los operativos de las fuerzas armadas tienen éxito, el modelo de Lozano indica que la deforestación no superará las 260 mil hectáreas en 2020. Es una cifra que es alta, pero, dice Lozano, “tenemos que empezar torcerle el cuello a la deforestación”.

Su compromiso, como se lo dijo a El Espectador, es mucho más ambicioso: “Será reducir esta tendencia. En 2020 vamos a disminuir la deforestación en un 20% respecto a los cálculos que muestra el modelo. Es decir, será de 252 mil hectáreas, aproximadamente. Y para 2022 la disminuiremos en un 30%, aproximadamente. Eso quiere decir que ese año la tala ilegal no sobrepasará las 252 mil hectáreas comparada con la tendencia del modelo que muestra una degradación de 360 mil hectáreas”, explica.

Son cifras que siguen siendo inquietantes y que, de alguna manera, son altas frente la meta que trazó el PND del Gobierno de Juan Manuel Santos (II): una tala ilegal de máximo 90 mil hectáreas, cifra que fue Santos fue incapaz de cumplir (la deforestación pasó de 132 mil hectáreas en 2014 a 219 mil en 2017). Lozano es franco: “El problema es que cada vez que se abre una vía ilegal en la región amazónica, donde hay criminalidad, al año siguiente se abren otras tres. Es algo que ha estado sucediendo desde 2015, pero -insiste- vamos a empezar a detener”. ¿Lo logrará?

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