La Corte Constitucional de Ecuador puso un punto final al pleito judicial de 25 años que ha enfrentado a pobladores amazónicos y a la petrolera estadounidense Chevron, condenada por daños ambientales.

Algún día esta historia llegará al cine: dos hombres valientes, Pablo Fajardo y Luis Yanza, representantes de 30.000 indígenas y campesinos del norte de Ecuador, demandan a una de las más grandes petroleras del mundo y, tras 18 años de lucha en los tribunales, en los que recibieron todo tipo de amenazas y corrió la sangre de uno de su familiares, finalmente la justicia les da la razón.

Todo comenzó en 1964, cuando la empresa Texaco, que más tarde sería adquirida por la Chevron, comenzó a perforar pozos de petróleo en la Amazonia ecuatoriana, en un área de 1,4 millones de hectáreas. Sin ninguna consideración ambiental ni preocupación por las comunidades de la zona, la petrolera arrojó más de 18.000 galones de agua tóxica a los pantanos aledaños y construyó 916 piscinas donde depositó deshechos tóxicos. Se dice que los derrames de petróleo alcanzaron los 17 millones de galones, casi el doble de lo que fue a dar al mar tras el accidente del buque petrolero Exxon Valdez.

En medio de la tragedia ambiental, se cruzaron los destinos de dos hombres dispuestos a buscar justicia para sus comunidades. Fajardo, quien se había criado en Shushufindi, uno de los pueblitos afectados, y que estudió derecho gracias al apoyo de los padres capuchinos y de una familia española benefactora, se convirtió en la cabeza del grupo de abogados. Yanza, un líder de la zona, ayudó a fundar el Frente de Defensa de la Amazonia, para coordinar las acciones de los 30.000 afectados por la actividad petrolera.

En 1993, con el apoyo de abogados en Nueva York, los dos líderes presentaron la demanda ante un tribunal de Nueva York. El juez del caso estimó que era competencia de la justicia ecuatoriana, así que Fajardo, Yanza y todos los colaboradores presentaron la queja ante un juez de la zona.

En los 18 que transcurrieron desde que comenzó la batalla jurídica hasta 2011, cuando un juez ordenó a la petrolera pagar 8.000 millones de dólares, ocurrieron demasiadas cosas. Un hermano de Fajardo fue asesinado. La familia de los aguerridos abogados se dispersó por todo Ecuador para eludir las presiones. En Estados Unidos comenzó una campaña jurídica para desprestigiarlos. La CNN eligió a Fajardo como el héroe de la justicia y ambos recibieron el Goldmam Environmental Prize por su dedicación a la defensa de las comunidades.

Mario Melo, experto en derecho ambiental y miembro de la Fundación Pachamama, quien ha acompañado a Fajardo y Yanza en esta cruzada, cree que el fallo “marca un precedente jurídico y político. En el plano jurídico es una oportunidad, porque los afectados han logrado que los jueces reconozcan sus derechos. En el aspecto político se da un mensaje claro de que no es posible que una empresa ingrese a un territorio y se lleve los recursos sin ningún cuidado ambiental”.

Cronología de la demanda

1964-1990

Texaco desechó sobre la Amazonia ecuatoriana cerca de 17 millones de galones de petróleo crudo y 20 mil millones de galones de aguas residuales derivadas de la perforación de pozos. Luis Yanza y Pablo Fajardo conformaron un Frente de Defensa de la Amazonia para organizar a los 30 mil habitantes afectados y entablar una demanda colectiva contra la compañía.

1992

La compañía Texaco abandonó Ecuador. Un año después, Yanza y un equipo de abogados con sede en EE.UU. entablaron una demanda colectiva contra Texaco (adquirida por Chevron en 2001) en una corte de Nueva York. En 1996 un juez de la Corte Superior desestimó el caso, pero los demandantes apelaron su decisión y lograron revertirla.

2002

La Corte Federal de Apelaciones de EE.UU. concedió la petición de Chevron de enviar el caso a Ecuador. En mayo de 2003 comenzó el juicio. Los demandantes exigían a la compañía que pagara por una limpieza total, recuperara la fauna, la flora y la vida acuática afectada, y monitoreara el mejoramiento de la salud de los habitantes.

2007

El juez ordenó iniciar la valoración de los daños. Anticipando una decisión final en 2008, Fajardo y Yanza comienzan a recorrer Ecuador enviando el mensaje de que ese juicio es un asunto de dignidad y soberanía nacional

¿Qué pasó hoy?

 

El organismo constitucional de Ecuador ratificó el martes, en un fallo de última instancia en territorio ecuatoriano, la sentencia contra la empresa a pagar 9.500 millones de dólares. Este es un resumen del largo litigio y, en su momento, se consideró la mayor demanda contra una empresa petrolera.

 

Tras apelaciones, el caso llegó hasta la suprema Corte Nacional de Justicia, que confirmó en 2013 el fallo.

Chevron rehúsa pagar la millonaria multa alegando que la sentencia fue obtenida mediante fraude y sobornos, opinión que fue respaldada por un juez federal de Estados Unidos.

Chevron asegura que cumplió con la reparación ambiental que le correspondía y atribuye el daño ambiental a la estatal Petroecuador, con la que Texaco operó en consorcio.

La empresa tilda de fraudulento el proceso en Ecuador, por lo que en 2014 interpuso como último recurso en el país una acción de protección en la Corte Constitucional para tratar de anular la condena.

Tras cuatro años, la Corte decidió «declarar que no existe vulneración de derechos constitucionales» a Chevron, por lo que la sentencia se mantiene.

La empresa «continuará trabajando a través de cortes internacionales para exponer y responsabilizar a los individuos involucrados en el fraude judicial», señaló James Craig, asesor de comunicación de la petrolera, en un comunicado enviado a la AFP.

¿Cómo cobrar la reparación?

A la par del proceso judicial, los demandantes han intentado homologar la sentencia en países como Estados Unidos, Argentina, Brasil y Canadá para obtener el embargo de activos de la petrolera, que no tiene bienes en Ecuador.

Las acciones no han rendido frutos y los ecuatorianos debieron retirar sus pedidos en esas naciones, excepto en Canadá. Pese a que no han tenido éxito, confían en que podrán iniciar procesos en Australia y Nueva Zelanda.

«Si no hay reparación estarían todos los pueblos indígenas sionas, siekopai, cofanes, shuar, kichas y waoranis y los miles de colonos condenados a vivir eternamente en una zona contaminada y eso no es justo», comentó a la AFP Pablo Fajardo, abogado de los demandantes.

*Con información de AFP y El Espectador

*Foto: Presidencia de Ecuador (2013)

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