Lo sostenible paga cada vez más. De acuerdo con el Ministerio de Ambiente, le dieron empleo a 6.600 personas

Por Infoamazonía

Durante 2017, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible estrenó los Programa Regional de Negocios en la Amazonía y la región Caribe. Según el Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018, en donde está consignada esta estrategia, un negocio verde son los bienes o servicios que generan impactos ambientales positivos e incorporan buenas prácticas ambientales.

El atractivo ecoturístico de la región es innegable y ya hay iniciativas explotándolo, sobre todo circuitos turísticos como la Isla de los Micos y el municipio de Puerto Nariño, en donde se pueden observar los delfines rosados, el caimán negro y la planta acuática representativa del Amazonas llamada Victoria Regia, un loto llega a medir hasta 1.50 metros de diámetro y es considerado el más grande del planeta.

No obstante, en ninguna región del país los negocios verdes son mayoría. En la región amazónica, se riñen con otros negocios: el 33% de los ingresos dependen de la explotación de minas y canteras, el 23% de la agricultura y la caza, el 11% de comercios y hotelería.

Según Diana Deassa, profesional del Parque Nacional Natura Amacayacu, en el departamento de Amazonas, hay 44 iniciativas de negocios verdes en ese departamento, la mayoría de ecoturismo. “Aterrizar los negocios sostenibles amazónicos requiere de una asesoría para chequear que cumplan con los criterios, estudiar la viabilidad económica y socializar con las comunidades”, dijo.

“Entre 2014 y 2017 gracias a una inversión de 4.311 millones de pesos, identificamos 991 negocios verdes en todo el territorio nacional, de los cuales 903 han sido verificados bajo los criterios económicos, sociales y ambientales establecidos por la Oficina de Negocios Verdes Sostenibles del MADS”, dice Ana Karina Quintero, coordinadora de Competitividad y Promoción de Negocios Verdes del Ministerio de Ambiente.

Según la entidad, los Negocios Verdes en Colombia lograron ventas por $136.356 millones de pesos y emplearon a 6.600 personas.

La Amazonía tiene varias plataformas para la divulgación de estos proyectos como la Feria de las Colonias o Expoartesanías, sin embargo, un proyecto económico de sostenibilidad en las regiones selváticas de la Amazonía no es tan sencilla de llevar a término. Por ejemplo, la comunidad de Manacaro, en el resguardo indígena Curare Los Ingleses, bajo río Caquetá, construyó hace 3 años una estrategia de turismo sostenible y una alternativa económica.

Es un proyecto piloto: adecuaron la casa de madera que tenían para hospedar a los turistas, instalaron escaleras de madera para caminar hasta la casa con más comodidad, entre otros. Sin embargo, el proyecto no ha podido despegar del todo porque es poco cómodo para que un turista que vaya en búsqueda de descanso en medio de la selva amazónica, y por los problemas de seguridad que persisten en el río Caquetá.

Pero según Artemio Cano, jefe del Parque Nacional Cahuinarí (que colinda con Manacaro), “las actividades turísticas en esas zonas siempre va a ser alto costo por el transporte, la aerolínea, y el paquete debe ser por una semana mínimo (porqué los aviones entran y salen un día a la semana), súmele 40, 50 galones de gasolina: queda en $1.500.000 pesos, solo en transporte por rio”.

Por último, una promesa para tener en cuenta: el Ministerio de Ambiente dice que trabaja en la estructuración de un fondo de inversión para negocios verdes que buscará consolidarse con el apoyo de USAID, para 2018.  Un paso importante para fortalecer este tipo de iniciativas sostenibles tanto económica como ambientalmente.

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